XIII

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Del mismo modo que cuando llegaron para lo de las lámparas de loto, Sunghoon cubrió con una pañoleta los ojos de Sunoo y lo guio hasta otro lugar.

Al adentrarse, el olor a libros inundó por completo las fosas nasales de Sunoo. Estando ahí, el mayor descubrió los ojos contrarios.

La mirada impresionada de Sunoo recorrió el lugar... Era ese lugar...

- Hyung, aquí...

- Si, aquí, por primera vez...

- Fui tuyo...

- Y yo tuyo...

Se miraron y el tiempo pareció detenerse.

Miraban sus labios y luego sus ojos, poco a poco acortaron la distancia, las manos del mayor se posaron en la cintura estrecha de Sunoo, y éste rodeó con las suyas el cuello del otro.

Sus respiraciones estaban mezclándose casi por completo, unieron sus frentes y cerraron sus ojos, con delicadeza y lentitud buscaron sus labios y los unieron, el primero en dar acceso fue Sunoo y Sunghoon empezó a tomar el control de la situación.

El pelirrojo pasó sus manos al fino y hermoso rostro del azabache, acarició con mucho amor y continuó con el beso. Con cuidado Sunghoon lo recostó sobre la colcha de pluma de ganso.

Ninguno supo cuánto tiempo estuvieron así, ambos recordaron fugazmente su primera vez, pero nada se comparaba a ésta.

Los labios del azabache atraparon el cuello de Sunoo, repartió pequeños besos y ligeros mordiscos, había extrañado estar de esa manera con él... Desde su vida pasada no habían compartido esos momentos, ni esas caricias, porque en esta nueva vida, todo había sido tranquilo, sin sobrepasarse en nada... Demasiado puro.

Sunoo jadeaba bajito con cada beso y caricia...

- No te abstengas... Quiero escuchar tu voz, disfrutando de esto - la voz de Sunghoon sonaba más grave de lo normal, erizó por completo la piel de Sunoo.

- Mmhh... - suspiró con profundidad al sentir las manos fuertes del azabache apretando sus muslos.

- Tu voz es preciosa, quiero escucharte...

- Ah... Hyung, si sigues diciendo eso...

- Te haré gemir mi nombre, príncipe Kim, novato Kim Sunoo... No te detengas.

Cada palabra fue dicha al oído de Sunoo, provocándole apretar su agarre de las sábanas, moverse impaciente, era excitante, demasiado...

Sunghoon enderezó su cuerpo y quitó la ropa de Sunoo, sin perder detalle de ese precioso cuerpo, de las estrellas en forma de lunares que estaban plasmadas en su blanquecino cuerpo. Bajó del pecho al abdomen y después...

-¡Ah! - la manos del menor se aferraron más a las sábanas.

Mordió con fuerza su labio casi al grado de sacarse sangre, pero es que... El sentir los labios de Sunghoon sobre su miembro y su lengua saboreándolo era... Demasiado... Su libido acababa de liberarse por completo.

Se dejó llevar por el placer de su primer oral hasta casi llegar al orgasmo, pero Sunghoon no iba a dejar que eso pasara aún. Dejó el miembro contrario y subió para besar esos labios rellenos y dulces.

Sunoo subió sus piernas, rodeando las caderas de Sunghoon, pegándolo más a su cuerpo, sintiendo totalmente el bulto contrario.

El azabache empezó a dar estocadas en falso, aumentando el deseo de Sunoo.

Quitó su ropa y ambos estaban en mismas condiciones ahora.

- Yo hyung... Yo nunca.

- Sé que nunca lo has hecho, porque eres mío, desde siempre.

Our Life || SunSun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora