Austin pt.1

296 38 5
                                    


...

Charles siempre se ha caracterizado por ser muy emocional, sus padres lo veían como una virtud, siempre le decían que eso lo convertía en un niño sincero y bondadoso. Él también se consideró así, nunca lo vio como algo malo, y bueno, sus ojitos de cachorro doblegarían a cualquier ser humano en cuestión de segundos.

La dichosa virtud comenzó a ser un gran problema cuando el karting se convirtió en su prioridad, cada error, cada carrera perdida, cada mínima desventaja significaba horas de llanto en el regazo de su madre y cada vez presionarse más por mejorar, lo cual, era obsoleto. Porque mientras más avanzaba el niño monegasco conocido por ser el sol de la pista, su mayor contrincante daba tres pasos más que él, Max Verstappen, la tormenta capaz de destrozar todo a su paso.

Destrozar, Max pasó la mayor parte de su vida seguro de que esa era su función, su maldición. Cada objeto en su posesión, cada persona que alguna vez amó, siempre terminaba por destruirlos, lastimarlos hasta que desaparecieran de su vida, es por eso que tenía que ser un buen chico y obedecer las ordenes de su padre, así él nunca le abandonaría.

El pequeño Verstappen era consciente de muchas cosas, por ejemplo, de la pesada mirada que cierto monegasco posaba sobre él casi todo el tiempo. No entendía qué podía haber en él como para ser tan interesante para el otro niño.

Los años pasaron con ambos chicos peleando por el podio, en algún punto Max anhelaba la compañía de Charles a su lado tras cada carrera, se sentía familiar, como un momento que no podía escaparse de sus manos. Y cada vez que el menor tenía alguna falla y no terminaba entre los tres primeros, Max suspiraba pesado, más de una vez derramó champagne dentro del traje de Charles "bromeando" como si estar empapados en champagne juntos fuera una tradición que no debía perderse bajo ningún costo.

Temporada 2022.

Tradición que los persiguió hasta la más alta categoría del deporte de motor, ya no son niños, aunque las cosas no han cambiado demasiado entre ellos, ahora viven lo que antes soñaban. Y como siempre, la sombra de Max cubre a su rival, el chico de oro del equipo azul está a punto de asegurar su segundo campeonato, y Charles, aún le mira desde el segundo lugar y en su interior odia el hecho de que ver al rubio recibir la brisa del viento desde la cima, sus mejillas rojas y su mirada satisfecha, no es una imagen que le desagrade por completo.

Charles sonríe para sí mismo mientras observa la multitud que se apresura al podio, el himno de países bajos ambientando el lugar, a este punto está seguro de que podría tocar la melodía en su piano sin necesidad de partituras, está prácticamente grabada en su cerebro. 

Observa a su lado, en medio de ambos pilotos de Ferrari, sin embargo, unos centímetros más arriba, Max mantiene su expresión seria, su cabello desordenado lo hace ver extremadamente atractivo, Charles tiene que sostener el suspiro que ruega por dejar sus pulmones ante tal vista.

No sabe en qué momento, han pasado demasiados años desde que Charles comenzó a sentirse así, tal vez fue desde el momento en que sus ojos se cruzaron con los de Max y se sumergió en esas perlas color oceano.

Solo sabe que está ridículamente enamorado de la persona que el mundo espera que odie.

Sus pensamientos son interrumpidos cuando escucha la música alegre, sin embargo, es demasiado tarde para reaccionar y el pico de la botella de Max ya está apuntando a su rostro, el pegajoso líquido corriendo por su piel como si allí perteneciera, Charles se ríe como un idiota porque Max también lo hace, se deja llevar y toma rápidamente su propia botella, agitandola un par de veces y correteando pronto a Max sobre el podio, claro que el rubio no podrá escapar de él, Max tampoco lo intenta demasiado.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 29 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

A little cowboy fetish - LestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora