No puedes decir que no somos nada

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Siento que la canción de "Pa' donde se fue" les queda a Boruto y a Himawari.

Diablos gente, tuve que escuchar esa canción para escribir este capítulo y me tuve que tomar un descanso.

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Soltó un suspiro y se preparó mentalmente para retener el sueño. Al entrar a casa, el aroma de la comida casera le recibió, llevando consigo la calidez de un hogar. Sin embargo, el eco de las palabras de Boruto aún resonaba en su mente: "No es justo para ellas". Se sintió como un extraño en su propia casa, casi como un espectador en una película cuyas escenas se desarrollaban sin él. Respiro profundamente y dejó que los pensamientos negativos fluyeran hasta el fondo de su mente.

Hinata estaba en la cocina, preparando la cena. Su cabello morado oscuro caía por encima de sus hombros mientras su rostro se iluminaba al notar la presencia de Naruto.

- Estoy feliz de que llegaras- dijo, sonriendo, pero su mirada delataba un leve cansancio que Naruto no había notado antes.

- Lo siento por llegar tarde - contestó. Se sintió culpable. No por la llegada tardía, sino por lo que había dejado de lado en su mente y corazón.

Hinata se acercó a él, poniendo una mano suave sobre su mejilla, como si intentara calmar una tormenta que él mismo había creado.

- ¿Todo bien, Naruto? - preguntó, su voz llena de preocupación

- Claro que sí, solo fue un día largo en la oficina - su voz entusiasta disfrazaba sus mentiras. Era obvio que era más que eso, pero no quería preocuparla.

Mientras hablaban, Himawari apareció de en la puerta de la cocina, con sus ojos grandes y curiosos.

-¡Papááá! llegaste...- Sus ojos brillaron y saltó a abrazar a su padre.

-Hima, ¿que tal te fue hoy?

-Hoy estuve bien, pero me dejaron deberes que no entiendo del todo, ¿me ayudas a hacerlos? - pidió.

Hinata ocultó su sorpresa ante la petición tan rara de su hija. Su hija era inteligente y Hinata sabía que no necesitaba ayuda, pero entendió que era una forma de enganchar a su padre todo el tiempo que fuera posible.

Naruto miró a su hija y su corazón se hinchó de amor, pero también de culpa. ¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que se sentó con ella para ayudarla?

- Claro, Hima. ¿Te parece después de cenar?- respondió, dándose cuenta de que necesitaba dar prioridad a lo que realmente importaba.

Hinata sonrió al ver a su esposo agacharse para recibir a su hija, llenándola de cariño.

- Claro, papá - las palabras de la pequeña estaban llenas de alegría, un recordatorio de lo importante que era ese tiempo juntos.

Mientras Himawari le contaba un poco sobre sus deberes, Naruto se sentó en la mesa, prestándole la mayor atención a su hija. Por un momento, la tensión se disipó, y pudo sentir que el hogar al que había regresado era más significativo que cualquier papel o reunión en su oficina.

Sin embargo, al final de la noche, mientras se despedía de su hija y veía a Hinata darle las buenas noches, la inquietud interna regresó. Se sintió dividido; el trabajo siempre lo necesitaba, pero su familia también.

Después de que Himawari se fue a su habitación, Naruto se acercó a Hinata, que había comenzado a recoger la mesa.

- Hinata, sé que a veces llego tarde... - comenzó a decir, pero ella le interrumpió.

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⏰ Última actualización: Oct 29 ⏰

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