Alise Lovell

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Alise miró alrededor con nerviosismo, observando los escombros que caían de las paredes y los pilares que sostenían la estructura. Ella, junto a su diosa y la pequeña bebé Liliruca estaban en la parte trasera de la iglesia. 

El sonido de las explosiones llenaba el aire mientras el suelo temblaba, y Alise apenas podía mantenerse en pie. Cada explosión retumbaba en su pecho, como si el mismo corazón del mundo estuviera latiendo de manera descontrolada. Sus piernas temblaban, y las manos que sujetaban el cuchillo se sentían frías y sudorosas.

"Estás temblando demasiado, Alise-chan," la voz cálida de Astrea la alcanzó, y la diosa, con su habitual ternura, posó su mano sobre la cabeza de la niña. 

Alise intentó sonreír, pero no podía. Las sacudidas eran cada vez más fuertes, y lo único que podía pensar era en lo frágil que se sentía. ¿Cómo iba a ser capaz de protegerlas? 

"Y-yo..." sus palabras se enredaron en su garganta. Miró a su alrededor, a los escombros que caían de las paredes, al hogar que se desmoronaba. '¿Qué haré?' No podía quedarse ahí, no podía seguir temblando sin hacer nada. 

El cuchillo en su mano es como ella, era pequeño, casi inútil. Alise apretó el mango con más fuerza. 'Tengo que ser valiente. Tengo que proteger a Astrea y a Lili.'

"¡El señor Bell me dijo que las cuidara!" Su voz salió más fuerte de lo que había esperado, pero la verdad es que ni ella misma estaba segura de lo que estaba diciendo. ¿Cómo iba a cuidarlas si ni siquiera podía mantenerse en pie? 

Astrea sonrió con suavidad, su mirada estaba cargada de orgullo, "Estoy en tus manos, jejeje".

Alise se sonrojó, pero no podía sentirse tranquila. El peso de las palabras de la diosa era más grande de lo que jamás había imaginado. ¿De verdad puedo hacer esto? pensó. Soy solo una niña. Soy tan pequeña... no tengo nada de especial.

Sabía lo que debía hacer. No podía dejar que Astrea, la diosa que siempre había sido su guía, sufriera. Y mucho menos a la pequeña Lili. 

La niña miró alrededor, observando cómo las paredes y techos se agrietaban con cada explosión. El sonido de la destrucción resonaba en sus oídos, y el miedo a perder su hogar, a perder a las personas que amaba, se apoderaba de ella. Pero no podía rendirse. Tengo que ser fuerte.  Ella se preocupo, con lo que sea que estaba peleando el señor Bell, estaban destruyendo su hogar.

¡BOMB!

Una nueva explosión sacudió el suelo bajo sus pies. La niña casi cae al suelo por el impacto. Cuando la nube de polvo se disipó, vio cómo un pilar enorme caía hacia ellos. Sin pensarlo, agarró la mano de Astrea. "¡Rápido! Si nos vamos, el señor Bell podrá.."

Las palabras de Alise se cortaron cuando un nueva explosión sucedió justo a su lado, su mano se soltó de la de su diosa. Pero ella pudo verlo, vio como un hacha que golpeó el suelo con fuerza generando una explosión

El sonido de la explosión la interrumpió. El suelo bajo sus pies se resquebrajó, y en un abrir y cerrar de ojos, su mano se soltó de la de Astrea. Algo la empujó hacia atrás.

Ella cayó estrepitosamente.  Se levantó tosiendo, su pecho ardía con fuerza, las lágrimas se formaron en sus ojos, el dolor recorrió su pierna. Miró hacia abajo y vio que el cuchillo que había estado sosteniendo se había clavado en su propia pierna, haciéndola caer al suelo.

La respiración le faltó. '¡No, no, no... esto no puede estar pasando!'. El dolor era insoportable, y sus pensamientos se nublaban. La visión se le desdibujaba, como si las sombras del mundo quisieran arrastrarla hacia la oscuridad. 

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⏰ Última actualización: Nov 11, 2024 ⏰

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