Fernando Barahona, un chico que cursa séptimo grado el cual le encanta hacer chistes de humor potaxie, anticristianos y también de humor negro; estaba en la orquesta estudiantil de su colegio donde era uno de los más privilegiados por su gran avance con el saxofón y disciplina, tenía un grupo de amigos y otros compañeros, que les gustaba convivir con el; aunque siempre lo tachaban como un niño raro o como alguien distante, no le gustaban los abrazos y sus amigos lo sabían, era un alumno estrella por lo cual las notas nunca fueron un problema o algo que le preocupase.
La vida de Fernando era muy monótona y aburrida, hasta que un día llegó un profesor nuevo al colegio donde él estudiaba, profesor se llamaba Adrián, era muy simpático, amistoso y buena onda, a Fernando le llamó la atención, pues muchos profesores a que conocía no eran como el, Adrián era un hombre alto, con pelo rizado, manos fuertes, usaba lentes y también loción Lacoste; era todo un caballero, mientras que Fernando era delgado, estatura promedio, pelo liso, usaba calcetines con diseño abajo de sus pantalones y también uno que otro brazalete. Adrián no hablaba con muchos pero poco a poco se ganó el cariño de muchos y con eso a Fernando, pero llegó un día donde Adrián le gustaba invitar a sus alumnos a comer o pasar el recreo en su salón, el pequeño grupo de Adrián logró crecer al punto que era muy común que hacían comidas o hasta convivios, pero llegó un día a que se hacer o más al grupo de Fernando, Haciendo un lazo de amistad fuerte al punto que se llevaban tan bien que podrían hacer una que otra travesura y no les decía nada, pero un día que Fernando le ayudó a Adrián con algunas cosas vio que el profesor no era para nada feo, era muy atractivo, pero dejó de pensar eso pues él no le interesaba el romance con una chica ni con un chico, y más el siendo mayor que el, pero cada día le era imposible hablar con él sin tener esos pensamientos, cada día que iba a la orquesta siempre le encantaba pasar por el salón de su profesor, que por cierto, era el de computación; nunca perdía la oportunidad de hablar y conversar con Adrián, pues él se sentía seguro con el, Adrián por su parte, a pesar de tener ya una relación con una chica, a veces le llamaba la atención Fernando, se sentía cómodo y en confianza hablando con él y haciendo chistes cada día, y cayó en cuenta que podría estarse enamorando, cosa que le aterraba pues eso sería pedofilia y él estaba en contra de eso, pero no se paró a pensar en ello pues pensaba que solo eran pensamientos sacados de lugar, pero le era imposible dejar de pensar en ello haciendo que cada día se sintiera más libre y fuerte al pensar en Fernando.
Pero siempre se preguntó cómo sería tener un romance con un alumno y a la vez un amigo, aunque sabía que hacer eso era romperle el corazón a su novia.
Pero un día que caminaba hacia el colegio se topó con un café en el cual a Fernando le encantaba, pensó que sería una buena idea invitar a Fernando a comer aunque sea un rato después del colegio para divertirse; Fernando por su parte al ir con sus padres al colegio vio por la ventana del auto que había un cibercafé el cual le vino la idea de que Adrián le encantaría ir a comer ahí en algún fin de semana, pues Adrián le había dicho que uno de sus lugares favoritos eran los cibercafés y se perdió recordando la voz de él mientras escuchaba Espresso de Sabrina Carpenter y Adrián justo cuando pisó el colegio se animó tanto que no era de costumbre pues sabía que ese día Fernando se quedaba a la orquesta, muchos de los amigos de Adrián irían a otros lugares para comer, el único que se quedaría sería el grupo de Fernando y eso lo alegró al saber que eso sería una motivación y poder estar con su interés amoroso precozmente adictivo...
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NPC love
FanfictionUn amor entre un tutor y su estudiante, parece una abominación pero es mucho más complejo y sorprendente de lo que parece...