6.
El tiempo estaba cambiando, en la ciudad de Toledo.
Estaban por acontecer los últimos coletazos de un verano eterno para una Fina Valero que creía, de veras, que lo más grave que le podía pasar durante aquellos días eran aquellas madrugadas en las que llegaba tan tarde de trabajar en el bar, después de las fiestas de Toledo, y entre que los pies le ardían después de las tantas horas echadas atendiendo a los jóvenes que pasaban por allí y la ropa, que le olía a una mezcla de tabaco y de cervezas volcadas, deseaba que llegara septiembre a toda velocidad.
Carmen y Claudia se habían quedado muchas noches con ella, después de aquellos turnos infernales: Fina siempre decía que después de trabajar tanto y tan rápido, tenía tanta adrenalina que parecía que se había bebido cuatro Red Bulls por turno, aunque no fuese cierto.
Qué curioso entonces que septiembre trajera con él un reencuentro que había imaginado tantas veces en su cabeza —y sufrido otras cuantas, en su corazón. A pesar de no haber estado, ni de lejos, preparada para volver a ver a Marta De La Reina y volver a enfrentarse así al fantasma de unos sentimientos que, por mucho que le hubieran recomendado enterrar, ella había lucido con orgullo y con un poco de ingenuidad, la verdad era que ya llevaba unos días acostumbrándose a aquel 'pues si esa es su voluntad, Marta, que así sea' que con tanta virulencia la alumna había escupido en el despacho de Don Damián.
¿Novedades? No sabía decir si el plan de sus amigas estaba funcionando o no. Durante las siguientes clases, empezó a compartir espacio con María Duque, porque la misma profesora había dicho que podían compartir sus impresiones sobre un trabajo que les había mandado hacer sobre la comparativa de Kant y Sanders Peirce. Fina no era tonta: se sentía observada desde lejos y disfrutaba, quizás más de lo que debería, de ser objeto de atención, pero aquello no servía para absolutamente nada. La relación que había tenido con Marta había sido mucho más profunda como para detenerse a cometer un acto tan tóxico que utilizar una compañera y buena amiga suya para ver si se ponía celosa. ¿Celosa de qué? Marta conocía perfectamente a María: Toledo era una ciudad bien pequeña y sabía que aquella chiquilla había salido con su propio hermano años atrás, pero...
Joder, era divertido.
Y ella era joven, no tenía que estar siempre en el punto de moralidad que parecía sostener Marta con tanta firmeza. Es que parecía inquebrantable, qué rabia, pero luego la miraba desde lejos y...
Los días en la Universidad eran largos desde aquel encuentro en el despacho. Aquel nuevo lunes, el primero de octubre, María Duque se fumaba un cigarro en el baño de la facultad, cosa que hacía cada vez que se estresaba y muchas veces Fina la había acompañado, ya fuera por aprovechar para ir al lavabo como por simplemente hacerle compañía. Nunca le había contado lo de Marta, no del todo —y menos cuando empezó a verse con una chica, de manera intermitente, una chica que se llamaba Esther—, pero ella de Andrés De La Reina, por lo que fuera, lo sabía todo. María se había encoñado del hermano más evitativo de los tres, sin duda: Andrés, que también había sido un buen amigo suyo, hacía y deshacía a su antojo bajo esa alma de hombre atormentado por tener un amor 'no correspondido' con Begoña, la mujer de su hermano mayor. ¿Había jugado con María? Ciertamente, no. Él siempre le dejó claro que no quería nada serio y la joven estudiante se tiró al pozo, ocultándole sus verdaderos sentimientos, sólo por estar cerca de él.
Se había marchado todo el verano a Londres para tratar de olvidarse de todo el asunto y Fina habia estado tan ocupada con sus cosas que aún no había tenido la oportunidad de preguntarle. Tan buena amiga, siempre...
Bueno, si se lo tomaba con humor, María y ella podían formar una 'asociación de personas afectadas por un hermano De La Reina'. Rechazó la idea con una carcajada irónica, pero claro, María le estaba hablando de la última clase que había impartido Marta, le estaba hablando Kant y Hume; a lo mejor aquella risa no pegaba para nada.
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buena suerte, cariño // mafin
FanfictionAU. Marta De La Reina es una de las escritoras de ficción noveles más importantes del país y en medio de toda la vorágine, debe volver a Toledo. Allí Fina Valero, que es una estudiante de cuarto del grado Universitario de Humanidades y Patrimonio...