𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐗

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La Navidad había llegado al mundo mágico

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La Navidad había llegado al mundo mágico. La nieve caía en gruesos copos, cubriendo el paisaje con un manto blanco mientras el Expreso de Hogwarts serpenteaba entre las colinas. El tren vibraba con las voces de los estudiantes, todos llenos de entusiasmo por el inicio de las vacaciones de Navidad.

Dentro de uno de los compartimentos, Theodore Nott observaba el exterior en silencio, con la mirada perdida en el paisaje helado.

La Navidad, para él, era sinónimo de cenas silenciosas, de una mansión fría y vacía que resonaba de una soledad aún más penetrante cuando todo el mundo celebraba en familia. Hogwarts siempre había sido una especie de refugio, y el tren que lo llevaba a casa sentía ahora como un presagio de las largas semanas que pasarían antes de poder regresar.

Celeste se removió a su lado, había dormido sobre su hombro un cuarto de hora, pero el habla de Draco, Blaise y Pansy no la dejaban descansar más.

Ella notó que sus ojos seguían fijos en el paisaje, se inclinó un poco a su lado, tratando de captar su atención.

—Theo, ¿te encuentras bien? —preguntó susurrando, sabiendo que podría cerrarse en banda si lo presionaba .

Parpadeó, saliendo de su ensimismamiento. La miró e intentó sonreír, aunque más bien salió una mueca.

—Sí, claro —respondió—. Solo... estoy pensando en las vacaciones.

Ambos se habían abierto emocionalmente la última semana, que estuvieron más unidos. Él le había contado los problemas en casa con su padre.

—¿Me habéis escuchado? —se escuchó decir a Draco, de repente. La pareja se giró hacia el rubio, que radiaba querer llamar la atención. Ellos negaron—. Mis padres harán una cena de Navidad en casa, ¿vendréis?

Theodore miró a Celeste, como si ella tuviera que tomar la decisión final.

—Claro —dijo ella—, intentaré convencer a mi madre.

Pansy, quien estaba en los asientos enfrente de la pareja con Blaise y Draco, se deslizó al lado de Celeste y la rodeo por el cuello.

—Y si no te deja, mándame una carta e iré a por ti.

La pelirroja agradeció su acto de bondad.

—¿A qué se debe la cena, Draco? —preguntó Theodore.

—Padre invitará a algunas familias sangres pura después de la cena —dijo—, entonces, Narcissa me dijo que podría invitar a amigos de confianza, que cumplieran con los veintiocho sagrados, claro.

DUBBY | THEODORE NOTTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora