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Me levante pues tena las piernas entumecidas, lo tome de la mano y lo guíe hacia el piso de arriba. Llegamos a la habitación, entramos y me gire para comenzar a besarlo, aunque ya tenía 20 años aun se sentía inexperto, si que aproveche para enseñarle un poco como calentar a una mujer mientras le daba tiempo de recuperarse de lo sucedido.

Porque no me detenía y continuaba con todo esto sabiendo que no debía pasar, que estaba mal, y más porque era el amigo de mi hijo? La calentura podía más que la razón, llevaba demasiado tiempo sin estar con nadie, me había enfocado tanto en trabajar y salir adelante qué me había olvidado de mi misma, que debía tener una vida personal y porque no, también, un encuentro ocasional de cuando en cuando con alguien qué conociera en algún bar o presentado por alguna amiga y ahora, todo ese tiempo de abstinencia estaba teniendo sus consecuencias.

Comencé a besarlo lentamente como dos novios que están a punto de tener su primer encuentro, el estaba ansioso y movía sus manos por todos lados, queriendo hacer todo a la vez y no haciendo nada en realidad, lo tome de las manos y las puse en mi cintura

-Despacio, no hay prisa, disfrútalo que tenemos tiempo de sobra- le dije y volví a besarlo dulcemente.

Robert se dejo hacer, me dejo guiarlo, y mostrarle como debía tocar a una mujer. Los besos se hicieron un poquito más intensos, el bajo a mi cuello para besarlo aunque era algo brusco y me lastimaba.

-Más lento, hazlo sin morder, sin succionar- le dije y el obedeció.

Comencé a disfrutar de sus besos por mi cuello, realmente lo estaba disfrutando, sentía como mi fluido salía abundantemente de mi interior y comenzaba a bajar por entre mis piernas. Tomé su mano y la puse sobre mi pecho, el solo sentirla en mi, me hizo sentir un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo y soltar y apenas audible gemidito. El comenzó a querer jugar con mi pecho pero lo mismo que con mi cuello, me estaba molestando.

-Más despacio, usa tus dedos, y luego ligeramente con la punta- le indique como debía hacerlo.

El hacía caso a mis indicaciones, aprendía rápido y yo disfrutaba y me dejaba llevar por el momento,

Que estaba pasando, estaba siendo la maestra de un chico de 20 años, de verdad le estaba dando una cátedra sexual? Wow, nunca, ni en mis más perversos pensamientos, pensé e estar en esta situación, un pensamiento de sensatez paso fugazmente por mi cabeza diciéndome que parara y terminará con todo esto pero fue opacado rápidamente por la boca de Robert que había llegado a mi pecho y comenzaba a jugar con el.

Su lengua hacia maravillas, primero sentí algo brusco pero rápidamente sentí el cambio, había aprendido a ser suave para estimular me.

-Así esta bien maestra? - me dijo mirándome a los ojos-

Me llamó maestra? Me quede inmóvil un momento, de verdad me veía así? No, debía ser parte del momento, solo un juego así que decidí continuar con el.

-Si, así está bien, continúa y lo guíe para que continuará con lo que hacía.

Me sentía en las nubes, hacia tanto tiempo que no disfrutaba así, nunca será lo mismo un juguete que, por muy realista qué sea, nunca será igual que un hombre de verdad, y ahora lo comprendía, un juguete podrá hacer cosas que un hombre no, como vibrar, girar y moverse dentro de mil maneras diferentes, pero un hombre te da placer, te hace sentir y puedes sentirlo, disfrutar de el como hacerlo disfrutar, puedes dominarlo o que te domine, depende del momento, hay mucho más que hacer en la cama con una persona que con un juguete.

Las cosas continuaron, el dejo mis pecho y volvió a besarme, esta vez de forma más intensa, di unos pasos hacia atrás y llegamos al borde de la cama donde me acosté y el sobre de mi. Pude sentir su miembro que ya se encontraba listo para disfrutar y ser disfrutado una vez más, sentí sus intenciones de él de ponerse sobre de mi pero lo detuve y continúe con los besos y sus manos sobre mi cuerpo. El entendió y continuo haciendo exactamente lo mismo que antes.

Lentamente bajo por mi cuello y comenzó a besarlo nuevamente, a estas alturas comencé a gemir mientras el seguía haciendo maravillas conmigo, continuó a mis pecho, jugaba con ellos, los cambia entre uno y otro, ya no tenía que indicarle que y como hacerlo, y yo solo cerré los ojos y me deje llevar, su mano la paso por mis piernas acariciándolas. Dios, este chico había entendido como tocar a una mujer.

Continuó bajando por mi estómago y mi vientre, hasta llegar a mi monte de venus, me separo lentamente las piernas, yo estaba excitadísima, en otro momento me habría dado algo de vergüenza mostrar mi zona íntima pero ahora no, no me importaba nada, estaba disfrutando al máximo y solo me deje llevar, abrí las piernas mostrándole todo en su máximo esplendor, el solo lo miraba embelesado, acaso era la primera vez que venía una? Hundió su rostro y aspiro fuertemente, estaba oliendo mi zona, compenso a jugar con mis piernas, las besaba y pasaba su lengua, yo me retorcía del placer y sin avisar hundió su rostro en mi zona y comenzó a lamer.

Primero paso su lengua desde abajo hacia arriba, y poco a poco comenzó a lamer lentamente, yo gemía bastante, no estoy segura pero seguramente se escucharía afuera de la casa mis gemidos. Abrió mis labios ye introdujo su lengua y yo me arqueaba mi cuerpo, sentía mucho calor en mi zona, y el parecía disfrutar el beber mi líquido hasta que encontró mi botoncito y comenzó a jugar con su lengua.

-Hay Robbie... Sigue así,... Por.. Favor.... - le decía entre gemidos.

El continuo sin parar, parecía que no se cansaba y llego el punto en el que no pude más y comencé a tener un orgasmo intenso en su boca, mientras el continuaba jugando con mi zona, yo gritaba y me convulsionaba como una posesa, de verdad estaba viendo estrellas era lo mejor me había pasado en mucho tiempo, sentí que el alma se me había ido por unos momentos y cuando volvió me sentí en extremo relajada, mi respiración agitada, estaba en un limbo del que no quería irme.

Cuando finalmente me relaje el estaba acostado a mi lado, nos metimos en las cama cubriendo nos con las cobijas, el me extendió su brazo y yo me deje abrazar por el sobre su pecho, me sentía muy feliz y no sabía porque, solo sabía que no quería que este momento quería qué fuera eterno.

-Pase la prueba, maestra? - me dijo con voz ronca.

-No lo se, aun falta mucho por aprender respondí.

-Aun hay más que deba aprender? - dijo algo confundido

-Una última cosa básica si- dije sonriendo

-Y que es? - tenía curiosidad

-espera un poquito y lo sabrás le respondí y lo bese

Era obvio que esto aun no había acabado....

El Amigo de mi hijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora