DXD El Slayer del Apocalipsis

1. Conociendo nuevas amistades

Uno se puede reír por la imagen que puede ver y puede pensar muchas cosas si se tomara una foto de la situación en la que me encuentro.

Una mujer extremadamente sexy me apuntaba con su brazo derecho, imbuido de una energía rojiza, a mi cabeza. Su mirada mostraba ira y repudio.

Por otro lado, se encontraba un hombre atractivo de cabello negro largo, que levantaba los brazos en señal de rendición. A un lado de él se encontraba una destrucción inmensamente grande.

Lo más chistoso de todo esto es que ambos se encontraban desnudos; la mujer mostraba su belleza a todo ser que pudiera pasar por casualidad, en cambio el hombre estaba sentado, cubriendo la mitad de su cuerpo debido al nivel del agua del estanque.

Aunque no ayudaba en nada que el agua fuera transparente, dejando que la chica viera todo su cuerpo.

"¿Ahora cómo me zafo de este embrollo?", estos eran los pensamientos del chico. "Madam, le pido mis más sinceras disculpas si la ofendí al colarme por casualidad donde se estaba dando un baño", fue lo que pudo decir para calmar el ambiente.

Recordaba que lo que les gusta a las mujeres escuchar para que se calmen es una disculpa, aunque uno no sepa por qué se está disculpando.

Así que siguió sus instintos, ya que la mujer le daba la vibra de que era peligrosa. "Como puede observar, estaba bañado en sangre y no sabía dónde limpiarme, ya que estoy perdido, así que desde lo más sincero de mi corazón, le pido perdón si la incomodé".

Mientras más escuchaba, la chica más se calmaba, bajando su brazo poco a poco.

"Dime, ¿cómo lograste ingresar a este lugar?", le preguntó con un semblante serio, para poder ver si le mentía.

"Estaba huyendo de un lugar y, mientras corría, logré encontrar este lugar", fue la respuesta que dio.

"No está mintiendo", concluyó la chica. "Además, por lo que se siente, no es humano", dedujo mientras extendía un pequeño dominio donde lo analizaba. "¿De qué raza eres?", volvió a preguntar.

Esta última pregunta desconcertó al chico. "¿Cómo que raza? Soy humano, ¿no?", respondió.

"Deja de jugar; tu presencia demuestra que no eres humano", respondió la chica al joven, mientras chasqueaba los dedos y, de forma mágica, apareció una vestimenta de una condesa del siglo XV.

Esto asombró al chico. "¡Espera! ¿Cómo apareció esa ropa?", preguntó con asombro mientras se levantaba de golpe.

La chica lo miró con extrañeza. "¿Sabes de la magia?", preguntó con duda, mientras volvía a chasquear los dedos, dándole así una vestimenta parecida, pero para hombres. "¿Sabes del mundo sobrenatural?", reiteró la pregunta, ya que veía que el chico parecía más confundido a cada segundo.

Él la miró con asombro, porque de la nada le dio una vestimenta. Cuando le hizo la segunda pregunta, salió de su asombro. "No sé nada de lo que te refieres; recién hoy salí de un lugar oscuro y me encuentro perdido".

Muchos se preguntarían por qué le está contando todo esto; bueno, eso se debe a que él está un 90% seguro de que la chica lo puede matar. Le puso la vestimenta de tal forma que él no se dio cuenta, lo que le costaría clavarle esa esfera roja entre las cejas. Así que derramaba fragmentos de información.

Ante esta respuesta, la chica levantó la mano, haciendo que un círculo mágico con un emblema color rojo lo envolviera. "No me está mintiendo; su físico demuestra que acaba de nacer", eran las deducciones que hacía la chica. "Además, percibo unos fragmentos de divinidad que lo conforman".

Mientras la energía vagaba por el cuerpo del chico, más intriga le causaba. "¿Por qué no puedo saber nada sobre su dominio?", eran sus dudas.

El joven, un poco frustrado porque no sabía qué estaba ocurriendo, extendió la mano en señal de un apretón. "¿Qué tal si mejor nos sentamos en otro lugar más calmado y me explicas lo del mundo sobrenatural, y yo te respondo tus dudas?", la miró con un semblante serio. "¿Qué dices? ¿Aceptas?", fue lo que propuso.