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OO9

Gojo caminaba por los pasillos de la universidad, no habia encontrado a Megumi por ningún lado y eso lo estaba poniendo ansioso, repasaba los lugares donde frecuentaba el omega pero ya había ido a la mayoría y no estaba; salió de sus pensamientos en el momento que chocó con alguien más.

― Perdón ― Murmuró colocando su atención sobre el omega con el que habia chocado, notando a un chico pelirosa con sus mejillas sonrojadas.

Entrecerró sus ojos analizando al omega frente a él, lo había visto anteriormente con Megumi.

― Eres amigo de Megumi Fushiguro, ¿Verdad?

El omega asintió.

― ¿Sabes porqué no vino hoy?

El omega volvió asintió nuevamente.

― ¿Porqué? ― Pregunto ansioso al no recibir una respuesta.

― Ah, no creo que, que sea buena idea decirlo... ― Hablaba con timidez, no muy seguro de estar hablando con aquel atractivo chico..

― Dilo, omega ― Ordenó notando como el pelirosa se hacía pequeño en su lugar.

― Megumi está en celo.

― ¿En celo? ― Su lobo brinco de un lado a otro pero sabia que no podia pasar esos días con él.

― Uhum.

― ¿Iras a verlo hoy? ¿Puedes hacerme un favor?

― Usualmente no le gusta que lo visiten estos días, pero puedo ir a verlo si eso quieres.

― Bien, eres un omega encantador.

Gojo iba a abrazarlo pero al acercarse más al omega sintió el aroma de otro alfa y notó que había una marca un poco oculta bajo las ropas de este, paro en seco y mejor le sonrió al omega, quien estaba con los ojos abiertos y ruborizado.

― Te daré unas notas, ¿Si se las das?

― ¡Claro!

― ¡Bien, muchas gracias! Te las daré antes de salir ― Gojo fue rápido y le dió un beso en la mejilla antes de salir corriendo dejando a Yuuji estático y con una mano en su mejilla, iba a soltar un chillido emocionado, pero al sentir enojo por medio del lazo con su alfa, quedó estático por el miedo.

Miró a su derecha notando a lo lejos a Sukuna quien tenía sus sus brazos cruzados, se veía muy molesto.

Itadori corrió hacia su salón de clases antes de que Ryomen lo tomara frente al campus y tratara de reafirmar la marca para dejar en claro que él era su alfa.

― ¿Qué haces, estúpido? ― Preguntó Shoko asomándose por encima del hombro de Satoru.

― Unas cartas.

― ¿Para?

― Tu mamá ― Respondió absorto en su escritura.

― ¡Satoru!

― Ya, no te enojes, tesorito ― le sonrió enseñando sus dientes ― es para mi conquista.

― ¿Utahime?

― No. Esa perra está loca ― hizo una mueca, disgustado ― no entiendo por qué insisten en que esté con ella.

― Es bonita y tiene linda personalidad; dale una oportunidad.

― Mi querida e ingenua, Shoko, soy coqueto, me acuesto con muchos y muchas omegas, pero, ella no me agrada, es falsa.

― ¿Y porqué te metiste con Mei Mei?

― Es linda, me gano la calentura, y no pude evitarlo ― se encogió de hombros.

― Ahora me estoy preguntando en cuantos culos y vaginas habrás metido tu pene.

― Perdí la cuenta.

La castaña se rindió, Gojo era un caso perdido, por más que quisiera verlo estable este sólo se dejaba guiar por sus deseos de follar.

― Entonces... ¿Para quién es la carta?

― Para gumi gumi.

― ¿Y qué le escribes?

― Cosillas...

― ¿No me dirás?

― Nop.

― Te odió.

― Los dos sabemos que no es cierto.

Satoru le saco la lengua para seguir escribiendo, mientras que su amiga prefirió concentrarse en su móvil, ignorando al alfa que reía con lo que hacía.

Cuando las clases finalizaron Gojo salió casi corriendo de su salón dejando atrás a Suguru y shoko quienes le gritaban insultos por haberlos dejado, pero en ese momento al alfa solo le importaba llegar pronto para darle la carta al amigo de Megumi.

Al verlo en la salida sonrió ― Hey, hola de nuevo ― suspiró un poco pues había sido un reto esquivar a todos los estudiantes ― Toma, y no las leas.

Yuuji negó tomando la carta que le daba el alfa metiendola a su mochila de inmediato sin dejar de mirar a Satoru.

― Gracias, ¿Cómo te llamas?

― Soy Yuuji Itadori.

En eso llegó un alfa tatuado abrazando al pelirosa de forma posesiva, atrayéndolo completamente a su cuerpo.

― Soy el alfa de Yuuji, Ryomen Sukuna.

― Satoru Gojo, tranquilo, estoy detrás de Megumi, no te pongas celoso ―  el alfa solo lo miró seriamente ― Bueno... muchas gracias por el favor, nos vemos.

Satoru corrió en busca de sus amigos pensando en que posiblemente se había pasado un poco con su carta y que Megumi se molestaría con él, pero quería marcar presencia en el celo del omeguita.