Kintsugi [KookV]

4.- Una pequeña tramposa

Taehyung renegaba tener que levantarse de la cama, abandonar esas mantas tibias para hacerse parte de la fría mañana no era su hábito favorito. Aún después de siete años no se acostumbraba a su nueva vida como padre. A todas esas miradas que recibía cada vez que decía que no tenía una carrera universitaria porque debía cuidar a una linda nena con su bonita sonrisa.

¿Se avergonzaba de ello? No. Jamás se avergonzaría de su vida. ¿Desearía cambiar algo de su pasado? Tal vez. No cambiaría el conocer a su bebé, pero si la manera en cómo se dieron las cosas.

—Papi...

Se escuchó de pronto una dulce vocecita. Una adorable niña se metía en la cama de su padre buscado un poco de cariño. La pequeña de rulos despeinados y en pijama marrón con forma de oso, levantaba las mantas con las que estaba envuelto para acurrucarse entre sus brazos.

—Buenos días, mi vida —añadió Taehyung atrayéndola a su cuerpo y llenarla de cariño—. ¿Qué sucede, preciosa?

—Tengo mucho frío y me siento débil.

Añadió con voz pesarosa, bostezando, haciendo que su boquita se abriera en una enorme o y sus ojos se cerraran por completo.

—Oh, ¿Eso es así? —preguntó preocupado, tocando sus mejillas—. Thai, bebé, estás ardiendo en temperatura.

—Lo siento, lo siento —respondió triste, dejando ver pequeñas lágrimas en sus ojitos—. Yo no quería enfermarme, papi. Perdóname.

—Pero ¿qué dices, bebé? —olvidándose del frio y saliendo rápidamente de su cama—. Yo sé que no es tu culpa.

—Es mi culpa papi, no quiero que te preocupes por mí. Lo lamento. No debí mojarme con la lluvia, la abuela me lo dijo, pero no le hice caso.

Taehyung no pudo evitar la tristeza al ver a su bebé intentando ocultar sus lágrimas, sabía que eran preocupaciones que su niña no debía tener.

—Me preocupo porque eres mi osita —le confesó hincándose a su lado de la cama, tomando su manita y dejando un beso sobre su piel—. Debo llevarte con el doctor. ¿Me prometes que serás buena niña y dejarás que te revise?

La niña siendo su clon, asintió con una linda sonrisa cuadrada.

Estaba feliz de que su plan saliera a la perfección porque lo que su padre no estaba enterado era que su hija había visto videos en su teléfono para fingir estar enferma y no ir a la escuela. Aunque en su mente solo era un plan para llevar a su papi al hospital donde trabajaba el doctor bonito que le gustaba para papá. No era la primera vez que iba al consultorio de ese médico. Pero si era la primera vez que su padre lo llevaría. Las veces anteriores era su abuela quien la llevaba cuando se sentía enferma. Nunca había pensado en un "papá". Le gustaba su vida con su papito, pero era consciente que él estaba triste. Se la pasaba trabajando la mayor parte del tiempo y aunque se hacía unos espacios para llevarla y traerla de la escuela. También nunca faltaba a las reuniones escolares o festivales. Su papito era el mejor. Aunque en algunas noches se preguntaba en donde estaba la persona que lo había puesto en el estomago de su papito.

¿Cómo era? ¿Cuál era su nombre? ¿Sabia de su existencia? Y si la sabía. ¿Por qué nunca la había buscado?

En la escuela también recibía burlas porque era la única que no tenia dos papás. Las niñas mas grandes la llamaban "la huérfana" y si bien no les ponía atención, había días que las detestaba al grado de tirarles el desayuno sin que se dieran cuenta. Era débil, pero no tonta. Gracias a ese teléfono que su papito le había comprado para que estuvieran en contacto cuando se sintiera triste, podía ver videos de como hacer cosas para librarse de los "bullyngs".