Capítulo I: «Un regalo para papá [Parte I]»

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Saltando de techo en techo, Uchiha Sarada se dirigía hacia la Torre Hokage, sin poder quitar la enorme sonrisa de su rostro. Había escuchado el rumor de que su padre volvería pronto a la aldea ¡Volvería!

Aún podía recordar la última vez que se habían visto, cuando él dijo que debía irse nuevamente-a pesar de que apenas había puesto un pie dentro del pequeño lugar que habían arrendado mientras la casa que fue destruida por su madre estaba en reconstrucción-y le abrazó con fuerza, dándole luego un cariñoso toque en la frente, prometiendo que la vería luego.

Se sonrojó levemente. Supo por boca de su madre que su papá no era muy expresivo, que le costaba un poco todavía demostrar sus sentimientos; pero que, sin embargo, con ella hizo más de lo que se podría esperar. Sonrió abiertamente al sentirse tan especial.

Dio un último salto y se quedó mirando hacia adelante, estaba a unos pasos de llegar a la Torre y eso la ponía tan ansiosa como nerviosa. De pronto, sintió ganas de regresar a casa y esperar a que su padre llegara a ésta.

Pero, ¿y si sólo estaba de paso? ¿y si no iba a verlas a ella y a su madre?

Negó frenéticamente con la cabeza. Las cosas ya no eran así. Su padre se había vuelto más sociable y procuró pasar un buen tiempo con ellas cuando regresaron de aquél viaje en el que se aclararon tantas interrogantes que la atormentaron varios años. Él llegaría a casa, de eso no habría duda alguna.

Retrocedió un poco para coger impulso y saltó hasta otro techo, luego a otro y a otro, así hasta llegar al de la Torre. Cuando estuvo encima de éste, se agachó y respiró profundamente, tratando de calmar a su desbocado corazón que latía con fuerza.

¡Vería a su padre!

Con cautela, se acercó al borde y haciendo uso de su fino oído, escuchó al Nanadaime Hokage teclear en su computadora. Sonrió levemente; Sarada en serio admiraba al Hokage, y mucho más por haberla ayudado en aquella incómoda situación en la que había dudado de la maternidad de Sakura y la relación entre ella y Sasuke. Rió, con cuidado de no ser escuchada, y afinó más su sentido, notando cómo él dejaba de escribir para luego soltar un pesado suspiro. Estaba a punto de entrar a su oficina y preguntar directamente por su progenitor, mas la puerta de la oficina siendo abierta abruptamente la hizo desechar ésa idea.

-¡Eh, viejo!-y esa voz, mucho menos la dejaría.

-¡Boruto! Ya te he dicho que no entres así-reclamó Naruto al ver a su primogénito pasear por la sala, de brazos cruzados y mirándole con cierta curiosidad-. ¿Qué sucede?

El rubio menor se acercó al escritorio y posó su mano, cambiando su semblante curioso a uno más serio-. Quiero preguntarte algo, viejo.

Naruto relajó también su ceño-que se había fruncido al oír el azote de la puerta-y miró con seriedad, también, a su hijo. No todos los días éste le miraba así. Algo muy importante querría saber-. ¿De qué se trata 'ttebayo?

Boruto respiró profundamente antes de dejar salir el aire retenido con lentitud y dijo-. Sasuke-sensei volverá a Konoha pronto, ¿no es así?-el Hokage asintió y el otro prosiguió-. Dime, ¿cuándo es su cumpleaños?

Eso descolocó por unos instantes a Naruto y puso en alerta a Sarada-que se había quedado a escuchar sin querer, pues aún deseaba hablar con el Uzumaki-, haciéndola acercarse un poco más al borde.

-¿El cumpleaños del teme?-murmuró, y luego frunció el ceño mientra hacia una mueca, alzando el puño derecho-. ¡Diablos, Boruto!-suspiró y se echó sobre los papeles junto al ordenador.

-¿Y ahora qué te pasa?-Boruto alzó una ceja, mirando a su padre, creyendo que se había vuelto loco-. Anda, contéstame, que necesito preparar un buen regalo para él.

Un regalo para papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora