El compromiso | ZeeNuNew

ix

Zee

—Pensé que te habíamos perdido.

Negué con la cabeza mientras me sentaba al lado de Poppy.

—No, solo fui a hacerle saber a NuNew que estábamos aquí.

Creo que se reunirá con nosotros después de la carrera.

Las cejas de Poppy se levantaron.

—¿Crees?

—Con NuNew, nunca estoy muy seguro—. Suspiré mientras juntaba mis manos y apoyaba mis brazos en la barandilla al lado de nuestra área de asientos. —¿Qué haces con alguien a quien quieres mantener, pero no quiere nada de ti?

—¿Puedo obtener un poco más de contexto? —Preguntó Poppy.

—NuNew y yo tuvimos otra discusión.

—¿Ustedes dos discuten?

—Todo el tiempo. De hecho, creo que es más fácil preguntar cuándo no discutimos. No creo que hayamos tenido una conversación civilizada todavía. NuNew es muy testarudo y terco, y parece saber lo que quiere de la vida y él va tras ello en sus propios términos.

—Eso es algo bueno, ¿no? No es como si quisieras casarte con un felpudo.

—No, por supuesto que no, pero siempre siento que estoy en el lado perdedor con él y no sé muy bien cómo lidiar con eso. Cada vez que abro la boca, parece que lo enojo.

Cuando Poppy no dijo nada, lo miré. El hombre me miraba con una sonrisa divertida en el rostro.

—¿Qué?

—Es bueno verte así.

—¿Así cómo?

Poppy negó con la cabeza como si no quisiera responder.

—Cuéntame sobre tu discusión.

—Quería saber cuál era el plan para después de la boda.

—Está bien, entonces, ¿cuál es el plan?

—El plan era que se suponía que él se mudaría conmigo y seríamos una pareja casada—. Eso es lo que hacían las personas casadas. Vivían juntos.

No parecía que mi matrimonio fuera a resultar de esa manera.

—¿Y eso cambió cómo? —Preguntó Poppy.

—Empezó a hablar de hacer citas con Foyt si uno de nosotros necesitaba que el otro asistiera a algún evento, como si no tuviera intención de vivir conmigo. Cuando no le respondí de inmediato, dijo que probablemente era una buena idea si nos casamos y luego nos quedamos fuera de la vida del otro porque aparentemente, yo vivo en una torre de marfil chapada en oro y él no, y nuestras vidas no encajan, lo que sea que eso signifique.

—Ya veo —respondió Poppy. —Déjame preguntarte algo, Zee.

¿Alguna vez le preguntaste si quería mudarse contigo? Quiero decir, ¿lo discutiste con él? ¿O simplemente seguiste adelante como lo haces habitualmente y asumiste que eso era lo que iba a pasar?

—¿Por qué no sucedería? Poppy sonrió de nuevo y dijo:

—Entonces, simplemente lo asumiste.

—Poppy...

Poppy giró su silla para quedar frente a mí y luego se inclinó hacia adelante para apoyar los codos en las rodillas.

—Escúchame, Zee. En el mundo de los negocios, eres un tiburón. No es nada para ti ganar un millón de dólares en un día. De hecho, he visto a personas desmayarse de miedo cuando entras en una habitación.