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— ¿Te sientes mal? — pregunta Audrey tocándome la frente con su mano. Negué con la cabeza mientras intentaba poner atención a la clase.
— ¿Segura? Estás muy roja y estás sudando — nuevamente pregunta, sin mirarla asiento con la cabeza. — Estoy bien, Audrey
— Lo dudó — dice al mismo tiempo que se acomoda en su lugar.
Empecé a sentir mucho más calor y el dolor de cabeza se volvió más insoportable, tomé la palabra de Audrey de irme y tomarme el día sin clases. En el camino hacia mi cuarto empujo a alguien accidentalmente, antes de disculparme volteó y ahí está el chico de cabello blanco, Carlos junto a sus amigos.
— Discúlpame, por favor, no te vi — empecé a decir de manera rápida y Carlos solo me detuvo. — Está bien, fue un accidente.
Sonreí y me fui directo a mi casillero, cuando lo cerré la vi, mucho más cerca que la primera vez, me sonrió antes de empezar a hablar.
— Allysa, qué gusto verte — saluda al mismo tiempo que acomodaba cosas en su casillero. ¿A que se refiere con que le da gusto verme? Estaba frente a ella sin decir nada, su sonrisa desapareció y me miro confusa.
— Evie ¿cómo los está tratando Auradon? — pregunté después de reaccionar intentado evitar el incómodo silencio que provoque. — Nada mal, es agradable
