Capitulo 1:

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La noche era oscura y llovía fuertemente. De repente, cayó un rayo y se escuchó un estruendo. La pequeña se sintió abrumada, pues estaba en su habitación, llorando sin nadie que la consolara. De pronto, tocaron a la puerta. La niña se sobresaltó, se limpió rápidamente las lágrimas y dijo:

—Adelante.

Su madre entró, algo preocupada, y le preguntó:

—¿Sigues despierta, cariño?

La pequeña solo asintió con la cabeza y se acomodó rápidamente entre las cobijas. La madre notó el tono constipado de la niña y se acercó para sentarse en el borde de la cama y acariciarle la cabeza con suavidad.

—¿Te sientes bien, cariño? —preguntó su madre.

La pequeña se quedó callada un momento y respondió:

—Sí, mami, estoy bien, no te preocupes.

Como estaba oscuro, la madre no lograba ver bien la cara de la niña, pero supuso que tenía los ojos un poco hinchados. Decidió quedarse en silencio, le dio un beso en la frente, le deseó buenas noches y salió del cuarto de la pequeña.

La niña se quedó un momento en silencio y luego intentó dormir. Unos segundos después, comenzó a escuchar una voz que la llamaba:

—Becky... Becky...

De repente, la voz se convirtió casi en un grito.

—¡Becky!

La chica despertó de golpe: era su mejor amiga, Irin.

—¿Becky, estás bien? Te llamamos varias veces, pero no nos escuchaste —dijo Irin con preocupación.

Becky las miró confundida, pero pronto se dio cuenta de que se había quedado dormida.

—Sí, estoy bien. No se preocupen, ¿qué estaban diciendo?

Irin la miró y repitió emocionada:

—¡Vamos a hacer una fiesta, tonta!

Becky levantó una ceja y las miró a todas.

—¿Fiesta? ¿Para qué?

—Pues para celebrar tu cumpleaños —respondió Irin.

Becky se quedó en silencio un momento.

—¿Y qué tienen planeado?

De repente, Nam intervino:

—¿Qué les parece si alquilamos una casa con jacuzzi y piscina para pasar allí las vacaciones y, de paso, celebrar el cumpleaños de Becky?

Becky asintió con la cabeza.

—Podría ser —respondió con una sonrisa.

—¿Y qué tal una cabaña en la montaña? —sugirió Nam.

—Podríamos hacer un viaje a otro país —añadió Irin.

Becky la miró con entusiasmo.

—Eso suena muy bien. Podríamos ir de viaje a otro país y alquilar una casa, como dijo Nam.

Nam sonrió.

—Entonces, ¡está decidido! Haremos eso.

—¿Y a dónde iremos? —preguntó Irin, cruzándose de brazos.

Las tres chicas se quedaron pensando, hasta que Becky respondió:

—¿Qué tal si vamos a Tailandia? Tengo algunos familiares allá, el país es muy hermoso y, además, sé hablar el idioma a la perfección.

Ambas chicas la miraron emocionadas y asintieron.

—Bien, entonces está decidido: ¡nos iremos a Tailandia estas vacaciones! —exclamó Nam, entusiasmada.

༻𝐂𝐫𝐮𝐜𝐞 𝐝𝐞 𝐜𝐚𝐦𝐢𝐧𝐨𝐬༺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora