Capitulo 2:

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Becky dejó a ambas chicas en sus cuartos para que se durmieran y se fue a su propia habitación. Se cambió de ropa, se acostó en la cama e intentó dormir, pero había algo que la había dejado intrigada: ¿qué pasó con la chica que estaban persiguiendo esos hombres? Becky decidió ignorar esos pensamientos y finalmente tratar de dormir.

A la mañana siguiente, se despertó y ya era casi el mediodía; por lo tanto, decidió darse una ducha e ir a la cocina para ver si podía cocinar algo. Después notó que no había nada para cocinar, así que salió a buscar una tienda donde pudiera encontrar algunas cosas para comer. Cuando estaba pagando, notó algo extraño. Al voltear a ver hacia la salida de la tienda, vio, a través de los cristales transparentes, que la misma chica que había estado en el antro la noche anterior estaba justo afuera, con algunos moretones y un rasguño en el brazo. Becky, al notar esto, frunció el ceño, pero se dio cuenta de que la cajera la estaba llamando para que pagara las cosas que iba a comprar.

—Señorita... señorita... —le dijo la cajera.

Becky, un poco avergonzada, le respondió:

—Ah, disculpe.

Dicho esto, le dio el dinero, y la chica le dijo:

—Veo que miras bastante a esa chica.

Becky, al darse cuenta, desvió la mirada a las cosas que había comprado, lo que hizo que la cajera soltara una leve risa.

—Esa chica siempre anda por aquí. A veces llega con varios moretones o heridas.

Becky frunció el ceño.

—¿Heridas?

—Sí, dicen que se mete con gente poderosa o que simplemente se involucra en peleas callejeras.

Becky asintió al escuchar esto.

—Ya veo.

La chica le pasó las cosas que Becky había comprado.

—Disfruta la tarde.

Becky respondió con una sonrisa:

—Muchas gracias, igual tú.

Becky salió de la tienda y notó como si alguien la estuviera mirando. Levantó la mirada y se dio cuenta de que la chica que la había empujado en la fiesta la estaba observando, lo cual la hizo sentir un poco intimidada. Apartó la vista y siguió su camino.

Aún sentía la mirada de esta chica, pero trató de ignorarla hasta que pasaron unas cuantas calles y dio la vuelta en una esquina. Al sentir que ya no la estaban mirando, se relajó un poco y comenzó a caminar más rápido para llegar a la casa donde sus amigas la estaban esperando.

Cuando llegó, notó que Irin ya se había despertado y estaba viendo televisión en la sala. Al darse cuenta de que Becky había vuelto, Irin se levantó y corrió hacia ella.

—¿Fuiste a comprar comida? ¡Me muero de hambre! —exclamó.

Becky la miró mientras sonreía.

—Sí, compré algunas cosas para comer y cocinaré el almuerzo en un momento.

Irin le sonrió.

—Gracias.

Becky miró a su alrededor, como si buscara algo.

—¿Nam no se ha despertado?

Irin la miró y le dijo:

—Esa está más dormida que quién sabe qué. Ayer tomó demasiado.

Becky sonrió ante esto.

—Tú también estabas bastante borracha anoche.

Irin solo se cruzó de brazos.

—Es diferente. Ella se emborrachó como si estuviera en su propia casa.

Becky soltó una leve carcajada.

—Es verdad. Ayer intentó coquetear con un chico y se veía que él casi no le entendía, jaja.

Irin la miró sorprendida.

—¿Intentó coquetear con un chico? —luego soltó una carcajada—. No puede ser, la voy a molestar todo el día con eso.

Becky se acercó con una leve sonrisa a la barra de la cocina y dejó todo lo que había comprado allí. Luego comenzó a organizar todo en los cajones de la cocina. Cuando terminó, empezó a cocinar algo para las tres.

Después de un rato, notó que Nam comenzaba a bajar las escaleras con cara de disgusto.

—Veo que ya te despertaste, bella durmiente —le dijo Becky mientras revolvía la comida que estaba en la olla.

—Cállate, tengo una maldita resaca horrible —respondió Nam mientras se agarraba la cabeza.

—Eso te pasa por tomar tanto, tonta —le dijo Irin desde el sofá.

—Cállate, tú también tomaste un montón.

Estaban a punto de comenzar a pelear cuando Becky interrumpió.

—Ya cálmense, la comida está lista, solo me falta servirla. Acomódense en la mesa, que ya les voy a servir.

Ambas chicas se miraron y corrieron a la mesa, cada una ocupando una silla, esperando que Becky trajera los platos llenos de comida.

Becky las vio y rodó los ojos.

—Parece que son niñas pequeñas, por Dios.

Ambas chicas se miraron y se sacaron la lengua, lo que hizo sonreír a Becky. Les llevó los platos con la comida.

—Ahí tienen. Coman antes de que comiencen a pelear otra vez.

Les dejó los platos en la mesa y volvió a la cocina para traer vasos y algo de beber. Nam la volteó a ver y le dijo:

—Oye, Becky, yo no hice nada estúpido de lo que me pueda arrepentir anoche, ¿no?

Becky e Irin se miraron y sonrieron. La expresión de Nam cambió a una de preocupación.

—No me digan que hice algo estúpido —dijo Nam mientras las miraba a ambas.

—Solo intentaste coquetear con un chico y él no te entendía nada de lo que decías, jaja —respondió Becky mientras se reía y se metía el tenedor lleno de comida a la boca.

Nam se tranquilizó un poco.

—Dios, me asustaron.

—Creo que mejor no te cuento las palabras que usaste para coquetear con él —dijo Becky mientras sonreía.

Nam la miró nuevamente y su rostro se tornó de vergüenza.

—Dios, no me digas eso —agachó la cabeza.

Becky e Irin comenzaron a molestarla mientras comían. Después de terminar y lavar los platos, las tres chicas decidieron salir a explorar los alrededores. Becky les dijo a ambas que se ducharan primero, a lo que asintieron y se fueron a duchar.

Una vez que ambas estaban duchadas y cambiadas, salieron y pidieron un taxi para ir a un centro comercial.

Cuando llegaron, comenzaron a entrar a tiendas y a comprar varias cosas. Después decidieron ir a comprar helados y, finalmente, fueron a un café donde se quedaron hablando bastante tiempo. Luego tomaron un taxi y volvieron a casa, súper cansadas.

Cada una llegó a su cuarto y decidieron utilizar el jacuzzi que había en la casa. Entonces, se cambiaron y se fueron al jacuzzi, donde se quedaron hablando durante varias horas hasta que anocheció.

Pasaron las horas y las chicas decidieron volver a entrar en la casa. Se cambiaron y decidieron ir al cuarto de Becky para ver una película en el televisor que había allí. Mientras Nam e Irin escogían una película, Becky fue a la cocina y preparó palomitas para comer mientras veían la película.

Se quedaron viendo la película, pero antes de que esta terminara, se quedaron dormidas debido al cansancio.

༻𝐂𝐫𝐮𝐜𝐞 𝐝𝐞 𝐜𝐚𝐦𝐢𝐧𝐨𝐬༺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora