CAPÍTULO 4

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Despertando por la mañana, Yoongi se preguntaba dos cosas: ¿por qué estaba en un hotel de cinco estrellas? Y, lo más importante, ¿cómo había llegado hasta allí?

Para su desgracia, no tenía respuesta para ninguna de las dos. Todo lo que sabía en ese momento era que el dolor de cabeza se volvía más insoportable con cada segundo que pasaba y que, a los pies de la cama, había un traje que definitivamente no era suyo.

—Mierda.

Dejó escapar un suspiro de total fastidio y trató de levantarse, o al menos lo intentó. Apenas hizo el esfuerzo, un dolor agudo en la parte baja de la espalda lo obligó a dejarse caer de nuevo sobre el colchón.

—Ay, no _dijo, completamente sorprendido, reconociendo ese dolor que conocía demasiado bien, aunque no lograba recordar el porqué_. No me digas que...

«No, es imposible.»

Por mucho que quisiera negar lo obvio, la ropa a los pies de la cama y el dolor eran pruebas claras de que algo había ocurrido. La verdadera pregunta era: ¿con quién?

Sentado al borde de la cama, mientras intentaba atar los cabos sueltos de la noche anterior, el sonido de la regadera apagándose llegó a sus oídos. Un segundo después, escuchó una puerta abrirse. Giró la cabeza y, para su sorpresa, vio que la persona con la que se había acostado no era otra que Kim Namjoon, el hijo único de su jefe...








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