02: Recién conocidos y ya hay peleas y confusiones

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Mi corazón comenzó a acelerarse sin razón alguna cuando presentí que su rostro comenzaba a acercarse de a poco, muy lentamente, por lo que por puro instinto, me retiré de manera veloz, ayudándolo a ponerse de pie mientras le desviaba la mirada, pues ahora ya no me sentía capaz de observarle luego de aquella fuerte y extraña sensación que sentí al haberse encontrado nuestras miradas.

Carraspeé mi garganta como era de esperarse para luego tragar saliva y recuperar mi compostura.

—Pues claro que lo hice, le di mi palabra y la cumpliré.

Él al ver mi reacción mi estado, simplemente sonrió de lado, divertido, y aquella expresión que vi de reojo, realmente me impactó, se vio demasiado dulce y "delicado", pareció otra persona, una que era cálida, llena de buenos pensamientos, puro, inocente y jovial.

En ese momento, no sé porqué tuve la necesida" de fijarme un objetivo; "hacer sonreír más seguido a Phuwin", lo cual sería difícil, pero a cómo de lugar, lo haría. Y es más, realmente no sabía por qué me comencé a preocupar tanto por él. Sólo quería que esté bien, se sienta cómodo y sonría, pero aún no comprendo, pues nadie nunca antes había despertado esta clase de sentimientos en mí. ¿Por qué con él? ¿Por qué con un chico?

—Si es así, entonces te tomaré la palabra, señor guardián.

Él nunca dejaba de sorprenderme, aunque bueno, recién llevamos un día de conocernos, es natural que me sorprenda, pero ahora, más que nunca, sentía la necesidad de querer conocerlo aún más a fondo, quizás en un futuro cercano, podamos llegar a entablar una buena amistad, y eso no podría hacerme más feliz, pues si realmente puedo lograr llegar a él, tendría la oportunidad de conocerlo mejor, y saber si realmente él es así cómo muestra ser a todo el mundo, o tiene algo que ocultar.

—Será mejor que vayamos regresando a la casa, debo ir a preparar la cena - continué hablando, evitando su contacto visual, dándole prácticamente la espalda, sabía que estaba mal, que era algo muy grosero de mi parte, pero en verdad que ahora no podía ya mirarle a la cara, me sentía raro, nervioso, confuso.

—Oh, ya veo... bien, volvamos.

Le oí decir aquello, nuevamente en aquel tono frío y tosco, que usualmente utilizaba, cosa que realmente me llamó la atención, y me confundió aún más. ¡Yo no había dicho nada malo! ¿Por qué se oía enojado entonces?

Cuando ambos llegamos a la casa, como se me era costumbre, me anuncié, y mi tío cómo siempre, aún no había llegado por lo que nos encontrábamos solos, aquello me puso algo nervioso, con tan solo pensarlo, y aún no comprendo por qué ¡Ambos somos hombres! ¿Porque me preocupo tanto, porqué se me hace tan difícil ahora verle a los ojos, porqué mi voz naturalmente amable y cálida no salía?

—Hmm, parece que mi tío aún no ha llegado, si quiere puede tomar un baño Khun Phuwin, o simplemente sentarse a esperar la cena, lo que tengo pensado cocinar hoy no llevará tanto tiempo.

Él me miró algo extrañado, pero no dijo nada, simplemente me miró, se puso de pie, y se dirigió a lo que pienso era la habitación, y en efecto, allí fue, dado que a los segundos, volvió con un móvil en mano, sentándose nuevamente en la mesa.

—¡Oh! ¿Es eso un móvil? ¿Qué pretende hacer con él?

—¿Acaso no es obvio? Utilizarlo, pero al parecer aquí no hay ni siquiera una pizca de señal.

Me dijo de aquel mal modo de siempre, moviendo su móvil por todos lados, hacia arriba, hacia abajo, se paseó prácticamente por toda la cocina en busca de la señal. Se veía de cierta forma, algo ridículo, por lo que me ayudó a relajarme, al sentir cómo mis labios se curvaban en una sonrisa.

La manzana más deliciosa [PondPhuwin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora