Mientras Miki conversaba con Puck, una energía familiar hizo que se girara rápidamente. Frente a ella apareció un círculo mágico dorado, y de él emergió Azazel. Su presencia siempre imponía, pero esta vez, había algo diferente en su expresión: una mezcla de orgullo y seriedad.
Miki observó cómo el círculo mágico dorado se desvanecía, revelando la imponente figura de Azazel. Su rostro se tornó serio de inmediato, pues la presencia del líder de los ángeles caídos rara vez traía buenas noticias.
Azazel, ¿qué ha pasado? Preguntó Miki, su tono lleno de preocupación.
Azazel respiró hondo antes de responder, consciente de la angustia que sus palabras traerían.
Tu hijo, Issei, fue atacado por Kokabiel reveló, viendo la expresión de Miki endurecerse aún más. Ese desgraciado intentó eliminarlo… y está dispuesto a hacer cualquier cosa para desatar otra guerra.
Miki apretó los puños, tratando de controlar el miedo que comenzaba a invadirla. Sin embargo, antes de que pudiera responder, Azazel continuó.
No te preocupes demasiado dijo, intentando tranquilizarla. Issei demostró una fuerza y determinación fuera de lo común. A raíz de lo que sucedió, Scathach ha decidido entrenarlo. Su poder es increíble, Miki, pero todavía tiene mucho por aprender. Con la guía de Scathach, se hará más fuerte… lo suficiente para enfrentar lo que venga.
Miki asintió, aunque la preocupación seguía reflejada en sus ojos.
Gracias, Azazel murmuró. Aprecio que hayas estado allí para protegerlo.
Azazel sonrió levemente, con un toque de respeto en su mirada.
Issei tiene un gran futuro, Miki. Ese chico será el Sekiryuutei más fuerte que jamás haya existido, pero tendrá que pasar por mucho. Kokabiel no se detendrá tan fácilmente… advirtió, con seriedad.
Miki, aunque inquieta, se llenó de determinación. Sabía que su hijo enfrentaría grandes desafíos, pero no lo haría solo.
Confío en él… y confío en que Scathach lo guiará bien.
En la mansión Hyoudou, la tensión era palpable. Miki y Azazel se encontraban sentados en el salón, con Puck observando desde una esquina, en silencio. La conversación sobre el reciente ataque de Kokabiel y el entrenamiento de Issei había dejado a Miki con el ceño fruncido, pero también con una determinación inquebrantable.
¿Y cuánto tiempo estará entrenando con Scathach? preguntó Miki, su voz tranquila pero firme.
Azazel hizo una pausa, reflexionando antes de responder.
Dependerá de su avance. Issei tiene un potencial que apenas ha empezado a descubrir, pero el entrenamiento con Scathach no es algo que cualquiera pueda soportar… Ella lo llevará al límite, incluso más allá de lo que él mismo cree que puede aguantar.
Miki asintió lentamente, procesando la situación. Sabía que Issei debía fortalecerse para sobrevivir en el mundo sobrenatural, especialmente con enemigos como Kokabiel acechando en las sombras.
¿Crees que estará preparado? preguntó ella, mirando a Azazel a los ojos.
Azazel le devolvió la mirada con confianza.
Lo estará. Scathach es una de las mejores instructoras que existen. Si alguien puede sacar lo mejor de él, es ella. Además, no estará solo; yo mismo me aseguraré de supervisar su progreso y de que reciba el apoyo necesario.
Miki soltó un suspiro, y una leve sonrisa se formó en sus labios.
Entonces, confiaré en ti, Azazel… y confiaré en que mi hijo superará cualquier obstáculo.