Prologo

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En un mundo donde el 80% de la población nace con un poder especial, un "Quirk", crecer sin uno es casi una condena. Desde pequeño, soñé con ser un gran héroe, alguien que defendiera a los inocentes y combatiera a los villanos. Yo, Izuku Midoriya, creí firmemente que algún día obtendría mi propio Quirk. Tenía esperanza... hasta que recibí aquella noticia devastadora: mi Quirk tardaría en manifestarse o, peor aún, podría no aparecer jamás.

Ese día cambió mi vida. Me convertí en el blanco perfecto para las burlas y desprecios de todos, incluidos mis "amigos". Pero no hubo nadie que disfrutara más viéndome débil e indefenso que Katsuki Bakugou, mi amigo de la infancia. Él me apodó "Deku", como un recordatorio cruel de mi impotencia, una burla que significaba alguien que no puede hacer nada. Y a pesar de todo, en mi ingenuidad, seguía viéndolo como un héroe.

Kacchan, como solía llamarlo, poseía un poder increíble: podía producir explosiones usando la nitroglicerina de su sudor. Un don impresionante, poderoso... y aterrador. Pero no lo usaba para proteger; lo usaba para intimidar y dominar. Día tras día, ese Quirk, su fuerza y su desprecio, se volvieron las herramientas de mi tortura.

Desde el jardín de niños, fui el centro de las burlas de todos, de Kacchan y sus amigos. Cada explosión que generaba cerca de mí, cada mirada de desprecio y cada palabra cruel iban rompiéndome un poco más por dentro. En la primaria y en la secundaria, todo fue igual, sus abusos se volvieron mi sombra constante. Aguanté y soporté... porque, en lo profundo, aún me aferraba a la esperanza de que un día, yo también despertaría mi propio Quirk. Creía, ciegamente, que el destino tenía algo preparado para mí.

Pero la realidad se volvía cada vez más fría y cruel. Mi paciencia, mi fortaleza... empezaban a desgastarse. Las heridas que cargaba ya no eran solo físicas. En el fondo, algo oscuro comenzaba a formarse, esperando, latente.

Un Villano TelequinéticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora