Para Izuku Midoriya, la vida en la secundaria era una interminable rutina de burlas y menosprecios. En su clase, su figura encorvada y su mirada siempre baja eran motivo de risas, un blanco fácil para sus compañeros. Para ellos, Izuku era solo una presencia insignificante, y para Katsuki Bakugou y su grupo, apenas una basura a la que podían pisotear sin remordimientos.
Aquel día, como cualquier otro, el maestro comenzó la lección haciendo una pregunta sencilla pero significativa: "¿Qué desean ser en el futuro?" La mayoría de los estudiantes, ansiosos y llenos de energía, respondieron al unísono que querían convertirse en héroes, en protectores de la sociedad. Para ellos, la U.A., la prestigiosa academia para héroes, representaba la oportunidad de alcanzar la grandeza.
Katsuki Bakugou, como siempre, no perdió la oportunidad de resaltar. Con una mirada llena de confianza y un tono de voz casi desafiante, proclamó con orgullo:
—Yo seré el héroe que superara a All Might, el único capaz de entrar a la U.A. sin ninguna dificultad.
Las palabras de Katsuki resonaron en el aula, y sus amigos lo miraron con admiración, algunos incluso con envidia. Pero, de pronto, el maestro hizo una pausa, y mirando a la clase, dejó escapar una leve sonrisa.
—Pero no olvidemos que Midoriya también aspira a entrar en la U.A., ¿verdad? —anunció el maestro, casi con inocencia.
El silencio que siguió fue solo el preludio de una carcajada generalizada. La burla fue instantánea, y las miradas se dirigieron hacia Izuku, quien sintió cómo el calor de la vergüenza se apoderaba de su rostro. Mientras las risas llenaban el salón, él deseó de desaparecer en ese momento era grande, como si el mundo estuviera diciéndole que sus sueños no tenían sentido.
Katsuki lo miró con desprecio, y con voz burlona añadió:
—Vamos, maestro. ¡Deku no podría ser un héroe ni en sus mejores sueños!
Las palabras de Katsuki golpearon fuerte, y aunque Izuku intentaba resistir, las lágrimas amenazaban con salir. Quería llorar, quería gritar, pero en lugar de eso, agachó la cabeza, sintiendo cómo esa chispa de esperanza en su interior se debilitaba aún más. En ese momento, no había odio en su corazón, solo una tristeza profunda. Pero sin saberlo, cada uno de esos momentos se acumulaba, y en lo más hondo de su ser, algo comenzaba a formarse, una oscuridad que él aún no lograba comprender.
Mas tarde....
El timbre de salida resonó en el aula, y los estudiantes comenzaron a abandonar el salón en grupos, entre risas y charlas, como cualquier otro día. Izuku, sin embargo, permaneció en su asiento, como solía hacer. Con cuidado, tomó una libreta especial que guardaba con más cuidado que cualquier otro objeto en su mochila. Aquel cuaderno era, en muchos sentidos, su mayor tesoro. Contenía páginas y páginas de observaciones detalladas sobre los quirks de sus compañeros y los héroes profesionales a los que admiraba. Para él, cada línea escrita era una promesa silenciosa de que algún día, contra todo pronóstico, encontraría la forma de convertirse en un héroe.
Mientras guardaba el cuaderno en su mochila, un grupo de pasos se acercó a su lado. Antes de poder reaccionar, sintió una mano que le arrebataba el cuaderno con brusquedad. Izuku giró, alarmado, y encontró la sonrisa cruel de uno de los amigos de Katsuki, quien le entregaba el cuaderno al joven rubio. La voz de Katsuki resonó en el aula vacía, un tono burlón cargado de superioridad.
—¿Qué tenemos aquí, Deku? —dijo Katsuki, hojeando el cuaderno con un desprecio evidente. Mientras pasaba las páginas, la expresión de burla en su rostro se hizo más pronunciada—. ¿De verdad crees que anotar todas estas tonterías te hará un héroe?
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Un Villano Telequinético
ActionEn un mundo donde el poder define quién eres, Izuku Midoriya, un joven lleno de sueños y esperanzas, aguardaba ansiosamente el día en que su quirk se manifestara, un día que parecía nunca llegar. Rodeado de héroes en entrenamiento, Izuku soportó año...