Un Villano Telequinético

CAPITULO 2: LA REALIDAD Y LA MUERTE DUELEN

All Might estaba frente al joven de cabello verde, y la emoción en los ojos de Izuku era palpable. Había estado frente a su ídolo, el héroe que había admirado toda su vida. Sin embargo, a pesar de la felicidad que sentía, había una inquietud latente en su pecho. No era el hecho de conocer a All Might lo que lo ponía nervioso; era la pregunta que ardía en su mente, una que lo había atormentado durante años.

Notando la inquietud de Izuku, All Might se agachó un poco para estar a su altura, su rostro mostrando una genuina preocupación.

—¿Estás bien, joven? —preguntó, con una voz cálida pero firme.

Izuku sintió un nudo en el estómago. Finalmente, encontró el valor para hablar.

—All Might... ¿podemos hablar en privado antes de que te vayas?

El héroe asintió, llevándolo a la azotea de un edificio cercano, donde el bullicio de la ciudad quedaba a sus pies. Una vez allí, All Might se volvió hacia Izuku, dándole la oportunidad de expresar lo que realmente le preocupaba.

—Ahora podremos hablar con confianza—dijo All Might, con su voz resonando en el aire tranquilo.

Izuku tomó una profunda respiración, sus manos temblando ligeramente. Aquel era el momento que había esperado. Finalmente, reunió el coraje suficiente para formular la pregunta que lo atormentaba.

—All Might... ¿puede alguien sin quirk ser un héroe como tú?

All Might se quedó en silencio, y una sombra de duda cruzó su rostro. La pregunta era profunda y, para él, también complicada. Tomó un momento para pensar, respirando hondo antes de responder. Sin embargo, sus palabras llegaron con un tono de desánimo.

—Lo siento, joven, —comenzó, sus ojos fijos en los de Izuku—, pero sin un quirk, veo imposible que alguien pueda ser un héroe. Solo terminarías siendo otra vida más en el intento de salvar a otros.

Las palabras de All Might cayeron sobre Izuku como un balde de agua fría. La chispa de esperanza que había encendido en su interior se desvaneció rápidamente, dejándolo sintiéndose aún más vacío que antes. Miró a All Might, intentando encontrar alguna respuesta o consuelo en su mirada, pero el héroe continuó.

—Sin embargo, —dijo All Might, su voz tomando un giro más optimista—, si deseas ayudar a los demás sin un poder, puedes considerar ser oficial de policía, bombero o doctor. También se ganan la admiración de las personas por salvar vidas.

Con esas palabras, All Might comenzó a alejarse, la urgencia en su rostro reflejando que su tiempo se estaba acabando. Izuku lo miró con una mezcla de asombro y tristeza, aún intentando procesar lo que acababa de escuchar. Antes de que pudiera formular una respuesta o hacer otra pregunta, All Might se desvaneció en la distancia, dejando a Izuku solo en la azotea, con su mente llena de confusión y desilusión.

Izuku se quedó allí, mirando hacia la ciudad. La emoción que había sentido al conocer a All Might había sido opacada por la dura realidad que le había presentado. Sentía como si un peso se hubiera asentado sobre sus hombros. ¿De verdad no había ningún camino para él en el mundo de los héroes? ¿Debía conformarse con ser solo un observador, alguien que no podía hacer nada?

Mientras los pensamientos oscuros lo rodeaban, una parte de él seguía resistiéndose a aceptar esa visión. Se aferró a la libreta de All Might, su corazón latiendo con fuerza. Tal vez... tal vez aún haya esperanza.

Con ese pensamiento, Izuku decidió que no se daría por vencido tan fácilmente. No sabía cómo, pero sabía que tenía que encontrar su propio camino, un camino que lo llevaría a ser alguien que pudiera hacer una diferencia, incluso sin un quirk. La idea de ayudar a otros aún brillaba en su interior. Con determinación renovada, comenzó a caminar hacia la salida de la azotea, decidido a descubrir su verdadero propósito.