Han pasado tres semanas desde la muerte de Izuku Midoriya, y su ausencia dejó una marca imborrable en quienes lo rodeaban. La noticia de su fallecimiento fue como un golpe inesperado que desmoronó la vida de su madre, Inko Midoriya, y despertó una tormenta de dolor y frustración que ella no podía contener. Sumida en la pena y la indignación, Inko se propuso buscar justicia para su hijo y responsabilizar a quienes contribuyeron a su sufrimiento.
Fue entonces que Inko demandó a la escuela secundaria de Izuku, responsabilizándola por su inacción ante el acoso que su hijo sufrió constantemente. La institución nunca intervino, ignorando por completo el maltrato y las burlas diarias que Izuku soportaba.
A medida que se investigaba más sobre la situación, el silencio de los compañeros de Izuku se hacía evidente. Uno tras otro, se distanciaron de cualquier vínculo con él, mostrando el mismo desprecio y desinterés que había acompañado a Izuku durante su vida en esa escuela.
Los profesores, que alguna vez rieron junto a los estudiantes cuando las burlas estaban en su punto más alto, también fueron cuestionados. Aunque intentaron defenderse, la evidencia de su indiferencia era clara para todos. Pero lo que más sorprendió a Inko y al resto de la comunidad escolar fue descubrir que el principal responsable de atormentar a Izuku no era otro que Katsuki Bakugou, alguien a quien ella había visto casi como un segundo hijo.
La revelación fue un golpe demoledor para Inko, quien recordaba a Bakugou como el niño enérgico y travieso que tantas veces había estado en su hogar, compartiendo juegos y risas con Izuku. La decepción de saber que este mismo chico era quien lo acosaba le causó una herida difícil de sanar.
Consciente de su complicidad, los padres de Katsuki, Mitsuki y Masaru Bakugou, acudieron a hablar con Inko para pedirle disculpas y ofrecerle ayuda. Mitsuki, devastada al descubrir el comportamiento de su hijo, intentó apelar al perdón de Inko y pidió que no levantara cargos contra Katsuki ni lo dejara marcado por su error en el historial escolar.
Sin embargo, Inko, afligida e indignada, no podía ceder; el dolor que sentía era demasiado profundo para que una disculpa lo reparara. Sin dudarlo, rechazó la petición y dejó claro que no podía perdonar a Katsuki ni permitir que su memoria quedara manchada por su comportamiento.
Con el corazón destrozado y cada rincón de la ciudad lleno de recuerdos dolorosos, Inko tomó una decisión: mudarse lejos y empezar de nuevo. No tenía sentido seguir en un lugar que le recordaba cada día el vacío que había dejado Izuku. Preparó su equipaje con las pocas cosas que le quedaban de él: los zapatos escolares de su hijo, desgastados y marcados por los pasos de un chico que nunca se rindió; su libreta, donde aún estaban los apuntes sobre los héroes que tanto admiraba; y, sobre todo, la carta de despedida que había dejado el día de su muerte.
Mientras tanto, Katsuki Bakugou enfrentaba las consecuencias de sus acciones por primera vez en su vida. Aunque inicialmente se negaba a creer que Izuku se hubiera suicidado, recordaba con nitidez las palabras que le había dicho aquel día, palabras llenas de desprecio y crueldad que habían sido como un cuchillo en el corazón de Izuku. El remordimiento comenzó a apoderarse de él, y aunque intentaba convencerse de que no era su culpa, en el fondo sabía que su trato hacia Izuku había sido despiadado y sin piedad.
Mitsuki y Masaru, profundamente decepcionados, decidieron imponerle un castigo ejemplar a su hijo, en un intento de que comprendiera el impacto de su crueldad y aprendiera la importancia de sus palabras y acciones. En la escuela, los compañeros de clase de Izuku no podían evitar la sensación de incomodidad que flotaba en el aire.
Aunque nunca se consideraron sus amigos, la muerte de Izuku los obligó a confrontar el papel que jugaron al ignorar su sufrimiento, y la mirada acusadora de algunos profesores y familiares los obligaba a cargar con una culpa que nunca imaginaron.
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Un Villano Telequinético
AzioneEn un mundo donde el poder define quién eres, Izuku Midoriya, un joven lleno de sueños y esperanzas, aguardaba ansiosamente el día en que su quirk se manifestara, un día que parecía nunca llegar. Rodeado de héroes en entrenamiento, Izuku soportó año...