ECH; LingOrm

3

Al día siguiente Orm trataba de despertar a Nami con suaves llamados. —Nami. Hay que ir a la escuela. Nami.

—Déjame a mí. — Spike convenció.

Nami despertó, viendo a Orm sentada al borde de la cama con Perla en su regazo. Regañando a alguien más. —Si tu estás ahí, ¿Quién me está...? — Miró abajo a las manos azules que agarraban su cintura sobre la sábana y vio al carismático dueño de esas manos.

—Hola, preciosa.

Le metió una patada que lo lanzó por los aires, pero el astuto se evaporó como cara irritada humeante. —Me disculpo. El 93% de nuestras conversaciones son conmigo regañándolo. ¿Estás bien? — Acarició los brazos de Nami conforme la individua tomaba asiento.

—Estoy bien. ¿Te lastimé o herí a alguien?

—Todo lo contrario. Viniste a salvarme.

—Cierto, — Olfateó el aire como sabuesa. —sigo oliendo al director. Por aquí.

Nami salió de la cama sin la frisa. Acostumbrada al desnudo. Creyendo que le seguía cubriendo el pelaje. Orm la siguió con la frisa en manos. La loba era veloz, pero no tardó en arrodillarse frente al estante de libros. Momento oportuno para volverla a cubrir. Ella tomó uno de los libros de portada dura, La Canción De Aquiles, y lo abrió en un número trágico - dónde residía un trozo de papel excluido a los demás. Incrédula, lo sacó del libro. Mostrándole el escrito a Orm.

—Una maldición de eterno sufrimiento en latín. Esto era lo que intentaban hacerme las porristas.

Ambos se miraron. La cara de Nami llena de desprecio. Quería matarlas. Si estuvieran aquí lo haría. Pero su amiga la persuadió.

—Descuida. Llegaremos al fondo de esto. Sólo necesito que la policía descubra esto. Debo saber cómo.

—Tan sólo no permitas que te descubran.

Orm sacó su teléfono ante la notificación de un mensaje.

MENSAJE DEL GOV. CLOAN: SONG, GABRIELA Y VANYA SERÁN SACRIFICADAS EL DÍA ... PUEDEN ASISTIR SI DESEAN. CANTANTE INVITADO ...

—Cualificaron para ser sacrificadas... Todo por una tontería. — Orm murmuró.

—Oye. No tienes porqué sentirte mal, eran unas zorras.

—...Sí, pero ni siquiera las zorras merecen una muerte prematura.

Nami la envuelve en un cálido abrazo y Orm permanece en el.

...

Lingling va al lugar de trabajo, dónde es saludada por Ciize, la mejor compañera que ha tenido desde que llegó. —Hola, Ling. ¿Supiste lo del animal grande?

—Sí. ¿Aún no hallan nada?

—No. Sigo sus pasos en la internet. Ahí hay actualizaciones sobre el animal. Mira. — Ciize le ofrece la computadora. Tras observar un rato asintió.

—Debo discutir un asunto con la supervisora. ¿Crees que esté ocupada?

—No lo creo. Fue al almacén a buscar algo. Ve si la alcanzas.

—Gracias, Ciize. Iré.

Cuando abre la puerta del almacén, se hiela. La supervisora se besaba con una policía y un policía varón. Los gemidos de los tres eran suaves e inconfundibles.

Lingling tragó grueso y cerró la puerta. —Volveré después... — Murmuró antes de irse, confundida.

Alrededor de diez minutos, los tres salieron del almacén con papeles distintos, ya arreglados. Los compañeros de policía eran hermosos y la supervisora también. Lingling la alcanzó diciéndole que había algo raro en la escuela, que todos incriminaban a Orm como si estuviera planeado.