one-shots Tashina (AU'S oc)

Smoking time

Jina •|• POV
AU (Compañeras de cuarto)

No era una adicción pero molestaba bastante tener que limpiar las cenizas de sus cigarros por donde quiera que vaya, la mandé a fumar afuera pero de igual modo seguía llenando el cuarto de humo.

— Tasha, ya te dije que no fumes acá, me tenés cansada con lo mismo. — Tenía justamente un cigarrillo en la boca, estaba entre abierta cuando me observó, lo tiró y su pie lo aplastó, apagándolo. — Gracias. — Como estaba arreglando algunas prendas para salir de viaje por trabajo, las olí, y todas tenían ese aroma a tabaco impregnado, voltee a ver a la chica rubia, quien estaba en el marco de la puerta observándome de brazos cruzados. — Explica el olor.

— Vivimos juntas chica, cuando no estás obviamente me pongo a fumar. — Frunció el ceño, éramos compañeras de cuarto porque el alquiler nos salía más barato, pero la convivencia era muy cara. — Además quién deja sus prendas por ahí tiradas.

— ¿Estaban tiradas? Porque yo recuerdo que las dejé en la maleta, decime una cosa nena. — La señalé y ella sacó otro cigarro, prendiendo este, dio una calada para después dejar ir el humo. — ¿Vas a hacerme caso?

— La verdad, no. — Me acerqué a ella, estábamos cara a cara, como casi siempre, no era tan alta pero ahora sí, tenía unas plataformas que me obligaron a alzar el mentón para verla, lastimando mi ego. — ¿Qué? — Otra vez, el humo en mi rostro, cerré los ojos y ella sonrió, triunfante como si ganase algo.

— Tash... Es la última vez que te lo digo. — Ella alzó las cejas, algo sorprendida por lo que dije, pero mis ojos bajaron desde su cintura hacia sus ojos otra vez. — Última vez.

— Llámame así de nuevo... — Su respiración con olor a humo podía sentirse a casi nada. En eso le arrebate el cigarro. — Jina... Llámame así de nuevo. — Aquel susurro hizo que mis labios temblaran de nervios, no la había tenido así de cerca nunca.

— ¿Tash? Qué mierda tiene... — Me tomó del brazo trayéndome hacia ella, estaba... BESÁNDOME, no tuve idea de cómo reaccionar así que solo la empujé, pero como sus manos sostenían los alrededores de mis brazos volvió a besarme. — Mmh... — Al separarse dejé escapar un jadeo.

— Ah... Perdón, hueles a coco y eso me gusta. — Su mano subió hasta mi cuello, acariciandolo mientras la contraria bajaba a mi cintura. — Si quieres que deje los cigarros, deberás compensarlo con algo más...

— ¿Quién mierda te pensas que soy? — Quise apartarme de ella pero metió los dedos entre mi pantalón y ropa interior poniéndome en alerta. — Tasha la puta madre que te parió.

— Ya we, nomas una cojida de roomies, pa' reforzar la amistad. — Estaba comiéndome con la mirada, pero yo, todo lo contrario, la quería matar. Me desesperaba como tocaba cada parte de mi piel y eso... Me gustaba, que horrible se sentía no poder decirle que no. — Además aún no me has golpeado, sino para qué vas a clases de boxeo, no te defiendes si se trata de mi... — La empujé hacia atrás, casi cae pero tan solo se sostuvo en la pared, aproveché para acorralarla.

— Escúchame, es la última vez que te lo digo, no me toques, no me mires, ni mucho menos pienses en volver a besarme, no me gustas. — La señale de forma amenazante en todo momento pero ella me sonrió, sus manos viajaron nuevamente a mi cintura, apretándola, nuestras pelvis se juntaron y lo gozaba como nunca. — Tash...

— Llámame así de nuevo y te cojeré... — Mordió su labio inferior cuando vio los míos, pasó su pulgar por ellos, por inercia abrí más la boca y remojó sus dedos con mi lengua. — Mírate, tú sola me ayudas a lubricar...

— Salí. — Volví a empujarla, esta vez con más fuerza y caminé con prisa al cuarto, solo que ella me siguió. — ¡Salí te dije! — Cerró la puerta con fuerza y me cargó como si fuera una pluma, protesté moviendo las manos y piernas queriendo golpearla pero solo gané que me lance al suelo. — Tasha...

— Cálmate, no te haré nada que no quieras. — Humedeció sus labios, hice lo mismo. Hizo su cabello para atrás riéndose, hasta que dio a mis ojos, se colocó de cuclillas acariciando mi rodilla. —  ¿No te gusto? — Eso sonaba más un ruego que  pregunta.

Y si, me gustaba, pero... Éramos solo compañeras de departamento, un puto cuarto donde las dos teníamos vidas diferentes y alejadas de la otra, de vez en cuando si compartíamos la mesa para cenar juntas pero en mi puta vida me imaginé que ella preguntara eso... Menos ahora.

— Carajo responde. — Volvió a levantarse, se veía demasiado molesta. — Siempre hiciste lo mismo, puta madre Jina, ya decídete qué mierda quieres. Cuando andas peda siempre te me insinúas, me putas bailas y hasta incluso el otro día... Agh. — Su sonrojo se hizo notar, estaba demasiado confundida ¿No sabía que soy borracha inconsciente?

— Yo... no tenía idea... — Volvió a interrumpirme cargándome. — ¿Ah?

— Ahora dime si no tienes idea de lo que haré, nena. — Me llevó hasta la pared, ahí abracé su cintura con mis piernas, mientras ella sostenía mis brazos por encima de mi cabeza, besándome. — Ya te dije, si no quieres que fume, debo consumir otra cosa...

— ¿A mí?

— Entiendes muy rápido.