Capítulo 7: Soluciones

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Inmóvil desde el tejado de la estación de servicio, Vincent todavía observaba con cautela cómo Jhon recorría angustiado cada rincón en su búsqueda

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Inmóvil desde el tejado de la estación de servicio, Vincent todavía observaba con cautela cómo Jhon recorría angustiado cada rincón en su búsqueda.

Después de que le perdiese de vista tras escabullirse en un descuido, el hombre no había dejado de llamarle a viva voz en un intento desesperado por localizarle; para desgracia de Jhon, los escasos clientes y personal del lugar no pudieron darle información de utilidad que le ayudase a encontrar al escurridizo muchacho.

Vincent daba gracias de lucir tan desvalido como para que nadie le considerase capaz de trepar, ya que la azotea del pequeño local se había convertido en un escondite perfecto. Pero la sensación que le producía ver la obstinación de Jhon por dar con él era bastante agridulce. El hecho de haberse dado a la fuga para proteger al matrimonio del desalmado de su padre no le hacía sentir menos culpable, aunque por otra parte no podía evitar emocionarse al ver que su bienestar ocupaba el interés y los pensamientos de alguien —sabía de sobra que estaba mal recrearse con algo así, pero le resultaba grato sentirse importante para alguien por una vez.

Le costaba imaginar cuánto tiempo sería capaz Jhon de seguir buscándole, sobre todo teniendo en cuenta que no tenían ningún vínculo emocional más estrecho que haberle recogido hace un escaso par de horas medio muerto en medio de la nada. Supuso que no se esforzaría más de lo necesario en cuanto viera que no había rastro de él, pero perdió la cuenta del tiempo después de verle merodear por la estación y alrededores más de un cuarto de hora de una infructuosa búsqueda ininterrumpida bajo un sol de justicia. Aunque Vincent necesitaba llegar con su hermano Elliott cuanto antes, no podía permitir que le encontrasen y poner de nuevo en peligro por su egoísmo la vida de aquel matrimonio tan amable que le había rescatado.

Pudo captar el instante exacto en el que la mirada del hombre encajaba por fin la derrota; hasta sintió un remordimiento terrible al verle volver hacia el vehículo empapado en sudor y con expresión abatida. A pesar de que el rostro de Jhon reflejase su nulo resultado, Ann se atrevió a preguntarle sobre el paradero de Vincent como si todavía se aferrase de algún modo a que le desmintiera la respuesta que tanto temía escuchar...

—¿Le has encontrado? —insistió casi en una súplica.

Jhon dio un largo suspiro y negó con la cabeza.

—Ojalá, cariño. Te juro que no he dejado de buscarle.

—P-pero si no se ha podido ir muy lejos. No tiene medios —comentó  Ann, incorporándose del asiento. Su voz desprendía una amalgama de lástima y preocupación.

—Lo siento. No hay rastro de él; es como si se lo hubiese tragado la tierra... —confesó entrecerrando los ojos con pesar.

Su mujer se llevó las manos al pecho y reprimió un sollozo para no asustar a su hijo. El pequeño Joe había despegado la vista del vacío y ahora miraba a su madre con curiosidad, como si tratase de descifrar las emociones que se le reflejaban en la cara.

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⏰ Última actualización: Nov 01 ⏰

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