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Cuando me desperté a la mañana siguiente... miré a mi derecha y no encontré a Nikki.
Entonces escuché que la ducha del baño de mi habitación estaba abierta. Sonreí porque sabía que Nikki estaba en la ducha.
Me recosté y noté que las cortinas estaban abiertas y mostraban una hermosa nevada que se sumaba a la que ya había en el suelo.
Sonreí mientras me estiraba y escuché que se cerraba la ducha y vi que la puerta del baño se abría y dejaba a Nikki expuesta con una toalla.
"Buenos días". Sonrió mientras se cepillaba los dientes.
"Buenos días, mi inestimable Reina Blanca". Me reí mientras me sentaba y ella se inclinó y me besó.
"Me gusta eso", sonrió mientras regresaba al baño. "¿Y cuáles son los planes para hoy?"
"Voy a los cementerios de Rigby y Lewisville a visitar algunas tumbas, como he hecho durante los últimos dos años. Esperaba que quisieras venir conmigo", dije.
"Bueno, suena bastante sombrío. Pero supongo que tienes un motivo oculto para esto, ¿no?"
"Eso lo tengo que saber yo y lo tienes que descubrir tú", sonreí cuando ella salió con un conjunto de sujetador y bragas rojas limpias.
-Realmente eres el diablo-dijo ella sonriendo.
"Sólo durante Halloween."
"Ja, ja, ja. Ohh. Estoy enamorada de un payaso".
—Muchas gracias, Príncipe Payaso —dije burlonamente. Me puse de pie cuando ella se acercó a mí—. Mmm, te amo.
"Te amo más, Danny", sonrió mientras me besaba una vez más antes de ir al baño para ducharme y afeitarme.
Después de terminar de ducharme, me afeité cuidadosamente la barba de las cinco del día anterior y me lavé la crema de afeitar restante con agua tibia.
Me sequé la cara y me aseguré de tirar por el desagüe los pequeños restos de lo que alguna vez fue mi barba, pero limpié las manchas más grandes con un trozo de papel higiénico.
Luego lo tiré al inodoro y tiré de la cadena antes de salir a la habitación con la toalla todavía envuelta alrededor de mi cintura y abrí la cómoda y tomé un par de boxers y unos jeans de mezclilla azul claro. Volví al baño por un momento y me los puse.
Me fui al baño y me los puse. Cuando volví a salir, Nikki llevaba un bonito jersey de algodón y un par de vaqueros azul oscuro. Sonreí mientras me acercaba a ella y me senté a sus pies.
"¿Te he dicho que te ves bien hoy?"
"No."
—Bueno, te ves sexy con ese suéter y esos jeans, cariño. —Sonreí más ampliamente antes de que ella deslizara sus pies en mi regazo.
