juegos de niñas

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Ella me trataba todo el tiempo como su sumisa, como su esclava, yo excitada y caliente obedecía cada una de las ordenes que me daba, posaba como ella deseaba y me excitaba más cuando ella comenzaba a humillarme haciendo que lamiera o besara sus pies, besara sus dedos y los chupara, también cuando me hacía acostar en el piso mientras usaba uno de los vestidos para poner sus pies encima de mí, todo era delicioso, luego de probarme los vestidos ella eligió uno y lo dejo aparte, entonces me dijo que aún no estaba segura de mi ropa interior, así que me dijo que me quitara el portaligas, las pantis y los sostenes pues me iba a probar otras prendas femeninas, esta vez eran enterizos o bodys, el primero era con tanga, de encaje blanco y con partes rosadas, cuando me lo puse ella me enseñó a abrocharlo entre mis piernas y ajustarlo en mis tetas, yo sí había visto ese tipo de prendas pero nunca las había usado y me sorprendió lo ajustadas que era, lo mucho que me apretaban, eso me gustó mucho, después del primero siguieron otros, casi todos de encaje, algunos de algodón y otros de telas muy suaves, todos me encantaron, todos me excitaron mucho, luego de probarlos todos ella me dijo que le gustaba más como se me veía uno de los de encaje que era rosado, de tipo panti y muy apretado en la parte de arriba, yo me lo puse y ella me dijo que volviera a usar el portaligas y el vestido, yo obediente me vestí como ella deseaba y cuando estuve lista ella me dijo que me acostara boca arriba en la cama, yo obedecí y ella primero me amarro las manos a los lados, luego subió la falda del vestido que tenía puesto y después de tocarme un poco entre las piernas me dijo que ya había mojado toda la ropa interior como una mariquita caliente y por eso me iba a enseñar a usar siempre toalla higiénica femenina como una buena señorita


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ella soltó fácilmente el voy en la parte de abajo abriendo mis piernas y colocó en esa prenda una toalla higiénica femenina, luego me puso mucho lubricante entre las piernas y volvió a organizarme la ropa interior, luego me amarró las piernas juntas y se recostó a mi lado con algunos juguetes, yo la mire excitada mientras sentía como ella comenzaba a acariciarme el cuello y las tetas, luego las piernas, eso me hacía poner muy caliente, ella notaba como me iba poniendo cada vez más excitada y se comenzó a quitar la ropa, luego se quitó las pantis y las metió en mi boquita mientras me decía que era una puta lame pantis, una perrita sucia que había mojado sus pantis lamiéndolos y por eso debía tenerlos en la boquita, yo me excitaba más de tanta humillación mientras ella disfrutaba haciéndome preguntas que debía responder con sí o no con mi cabeza, me preguntaba si era una puta, si era una perra, si quería que me penetrara, si quería chupar su verga, yo decía que sí, respondía con la verdad pues si deseaba mucho que ella me penetrara, quería chupar su verga, quería tener todo el sabor de su verga en mi boquita, sentía el sabor de su verga en las pantis y me excitaba, me calentaba, entonces ella se sentó encima de mí y comenzó a masturbarse justo al frente de mi carita, su verga estaba dura, ella estaba también muy excitada, tomo uno de los juguetes, un vibrador y levantando mi faldita lo metió entre mis piernas y lo prendió, eso me calenté mucho más, me puso a mil, ella lo noto y comenzó a acariciarme por encima de la falda, me comenzó a masturbar como lo hacen las mujeres, así sobándome, pasando su mano entre mis piernas, yo me sentía a punto de mojarme toda, sentía que me iba a venir en cualquier momento y ella lo notaba, entonces saco las pantis de mi boquita y dándose vuelta metió su verga adentro de mi boquita ordenándome que la chupara, la debía mamar bien profundo, yo obedecí y abriendo mi boquita comencé a chupar, a mamar, a lamer toda su verga, ella excitada comenzó a mover su cadera penetrándome por la boquita mientras con sus manos seguía masturbándome como a una mujer, me masturbaba así vestida mientras me decía que era una mariquita sumisa, una putica travesti, una perrita caliente, así siguió hasta que sentí como su verga se puso caliente, como se puso más gruesa y dura y entonces comenzó a venirse adentro de mi boquita, me la lleno de semen, me lleno toda la garganta de leche y yo excitada, caliente por estar sometida de esa forma, por sentirme humillada por ser penetrada por la boquita como una sirvienta sumisa también me comencé a mojar en la ropa interior como una hembra, ella lo noto y después de celebrarlo espero a que terminara de limpiar su verga con mi boquita y se bajó de encima de mi para recostarse un rato a mi lado.

ella soltó fácilmente el voy en la parte de abajo abriendo mis piernas y colocó en esa prenda una toalla higiénica femenina, luego me puso mucho lubricante entre las piernas y volvió a organizarme la ropa interior, luego me amarró las piernas junt...

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Luego de que ella se recuperó yo seguía amarrada, mojada como una hembra sumisa, entonces se puso de pie y me dijo que iba a terminar de jugar con su muñeca humillándola de una forma muy especial, mientras me decía lo mucho que me iba a humillar saco de un armario algunas cosas que puso encima de la cama, lo primero eran unos soportes que amarro a mis brazos y muñecas aprovechando que seguía con los brazos extendidos, luego colocó otros similares que iban de mis muslos hasta mis rodillas, mientras lo hacía me iba soltando las manos y las piernas, luego me dijo que me pusiera en cuatro como una perrita en el piso y cuando la obedecí me coloco otros soportes entre las muñecas y las rodillas que se ataban a los primeros y me hacían estar en esa posición permitiendo que me moviera pero únicamente para andar en cuatro patas como una perrita, cuando estuve lista me coloco una correa de perrita en el collar de mascota que tenía puesta y me llevo así hasta el baño, una vez allí me metió a la ducha y me ordeno que me acostara de espaldas, como pude la obedecí y termine acostada de espaldas con los brazos y las piernas hacia arriba, parecía una perrita, una mascota que cae de espaldas y queda a disposición de sus dueños, ella me tomo fotos mientras me humillaba, mientras me decía que era una puta indefensa, que era una sumisa, una esclava que siempre estaba ofreciendo su culito para ser penetrado, luego me ordenó que me quedara así y salió del baño, regreso después acompañada del AMO, ambos estaban tomando líquidos de un vaso grande que compartían, cuando el me vio sonrió y se acercó, levanto mi faldita y metió su mano entre mis piernas para luego decirle al AMA que estaba muy mojada como una hembra, ella le dijo que me había masturbado como una puta, que me había mojado toda, yo los miraba avergonzada, humillada de estar de esa forma y además estar toda mojada con mi propio semen, humillada de estar usando una toalla higiénica femenina y haberme mojado en ella como una señorita pervertida, ellos se reían y me humillaban más, mientras yo tímidamente pedía perdón por ser tan sucia, entonces ella dijo que las puticas como yo merecíamos que nos dejaran bien sucias y cochinas y antes e que pudiera responder me puso una mordaza en la boquita, era la misma que había usando antes que tenía forma de labios y un espacio en la mitad para que me pudieran penetrar por la boquita pues me obligaba a mantenerla abierta. luego de ponerme la mordaza vi como ambos sacaban su verga y entendí que otra vez iban a orinar encima de mí, antes de hacerlo ella tomo el resto del líquido que estaban tomando y lo vertió en mi boquita ordenándome que lo tomara completo.

Luego de darme el líquido ambos se pusieron frente a mí y primero el AMO y luego ella comenzaron a orinar encima de mí, como mi faldita seguía levantada ambos empezaron a apuntar para orinarme entre las piernas, pero luego el AMO subió oreando todos mis pechos hasta llegar a mi cara y comenzó a intentar atinar con su chorro de orines en mi boquita, a ratos lo lograba y sentía como sus orines llenaban mi boquita sucia, luego el AMA también siguió su ejemplo y ambos orinaron sobre mi carita jugando a llenar mi boquita, cuando fueron terminando se encargaron de orinar bien entre mis piernas mientras me decían que me estaban marcando como su hembra, como su perrita, yo me sentía humillada, estaba inmovilizada con mis piernas abiertas, mis brazos hacia arriba como una mascota, amordazada, sentía la toalla higiénica femenina entre mis piernas completamente mojada, sucia, ellos reían y disfrutaban de humillarme, de someterme y cuando terminaron de orinar sacudieron sus vergas en mi carita, cuando terminaron el AMO se fue mientras el AMA se quedó tomándome fotos y humillándome más, entonces me dijo que ahora debía lavar mi vestido, mis pantis y toda la ropa interior pues era una mariquita muy cochina, muy sucia, yo avergonzada asentía obediente, ella me dijo que debía quitarme la ropa en el baño, ponerla en una bolsa que me entrego y darme una ducha para no ensuciar toda la casa y después de soltarme salió del baño dejándome sola, avergonzada, humillada y oliendo a sus orines.

sucias fantasías de una sumisa travestiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora