"No"
No. No. No.Imágenes de mis padres sin vida en el suelo de su cocina vienen a mi mente y mi garganta se cierra. De nuevo estoy en ese día, en ese momento cuando lo perdí todo.
—¿estás bien? —no se dé quién es la voz, pero me impide irme en ese bucle sin fondo. —ángel. Mírame. Ángel.
Ahora se que es Aarón el que está tratando de traerme de vuelta. Sacudo la cabeza internamente para aferrarme al presente.
—estoy... —me aclaro la garganta, no sabía que un nudo se me había instalado justo ahí impidiéndome tragar. —todo está bien.
Mis ojos regresan a Vito y el agua que se forma en ellos me impide ver sus rasgos con claridad. Pero los he memorizado desde que lo tuve frente a mí por primera vez.
Esas pequeñas arrugas al rededor de sus ojos, y esos ojos, que son del color exacto al de los míos.
Esa cicatriz al lado de su boca que le impide sonreír por completo. Son los rasgos que miro a pesar de tener los ojos nublados.
—lo siento tanto, princesa. No era mi intención... yo, nunca... —se calla.
Mi mano busca lo único estable que tengo en este momento. Mi mano busca el toque de mi ancla, mi Aarón. Y lo tengo, en mi espalda, acariciando lentamente. Y en mi pierna sosteniendo mis manos temblorosas.
—eres un idiota. —el gruñido sale de su boca antes que las palabras. —¿cómo le haces esto? ¿La llamas solo para decirle que estás muriendo? ¿Que clase de padre eres? ¿No sabes lo que acaba de pasar?
Escucho los reclamos que Aarón le hace a Vito y eso me hace reaccionar.
—no. —digo recomponiéndome. Arrastro la silla hacia atrás. —necesito usar el baño. —digo a nadie en específico, y no dejando que nadie mire el desastre en el que estoy a punto de convertirme.
Una muchacha de servicio abre una puerta y me hace señas para que la siga. Dudo cuando Aarón no quiere soltar mi mano, pero me libero de su agarre y sigo a la mujer. Necesito un momento para mí. Solo para mí. Para derrumbarme y encontrar la manera de levantarme. Como siempre.
Lo que pasa en ese baño lujoso es un borrón.
No pasa mucho tiempo cuando regreso a la mesa, hacinado algo que no había hecho en lo que parece toda una vida, incluso había olvidado cómo hacerlo.
Pero mi máscara de "no me importa nada" está en su lugar. Ese que nunca debió dejar.
Como pude creer que había algo más para mí allá afuera. No puedo querer nada, porque todos me dejan. Todos se van. Todos mueren.
Regreso al comedor, y se hace el silencio. Los dos hombres ahí me miran con el ceño preocupado y a los dos les regalo una sonrisa. La mejor que tengo.
Cuando me siento continuo con la comida a pesar de que me sabe a cartón.
—tienes una casa muy bonita —regreso al primer cometario que le hice antes de hacer preguntas para cuyas respuestas no estoy lista.
Vito me sonríe.
—Livia...
—mi nombre es Susan. —lo interrumpo. Abre mucho los ojos. Y por primera vez miro una sombra del hombre que realmente es. Ese al que la gente respeta y al que también le temen. Ese que lidera toda una ciudad. Ese que me dio la vida y que no quiso mantenerme con él, y ese que hora es lo único que me queda. —Susan es el nombre que me dieron mis padres, esos que me cuidaron cuando estuve enferma, que llevaron a la escuela y me apoyaron en todo lo que pedí, a pesar que no era realmente suya. —digo con más calma en mi voz de la que realmente siento.

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Dulce NO tan Dulce (borrador terminado) ✔️
عاطفيةSussan & Aarón love story Nadie me dijo que soy adoptada. Nadie me dijo que mi verdadero padre era un líder de la mafia, que decidió buscarme justo ahora cuando mi vida se estaba poniendo aburrida. Nadie me dijo que enamórame del mejor amigo del e...