Izuku caminaba en silencio por los pasillos de la U.A., sus pasos resonando suavemente en la calma nocturna. Acababa de regresar de una batalla extenuante contra All Might, y aunque su cuerpo se sentía pesado, su expresión permanecía impasible. Estaba exhausto, pero la mente aún seguía procesando cada técnica y estrategia empleada, cada pequeño detalle que podría mejorar para la próxima vez.
Al llegar a su habitación, exhaló lentamente, dejando atrás el peso de la batalla. Cerró la puerta y, sin pensar mucho, dejó caer su chaqueta en el respaldo de una silla. Justo cuando se disponía a sentarse y reflexionar en silencio, un suave toque en la puerta interrumpió sus pensamientos. Izuku entrecerró los ojos, preguntándose quién podría estar allí a esas horas.
Abrió la puerta con calma, y se encontró con la figura de Nejire. La luz del pasillo resaltaba su cabello azul claro, que caía en suaves ondas alrededor de su rostro. Había algo en sus ojos que irradiaba una mezcla de entusiasmo y curiosidad.
"¿Izuku? Perdona si interrumpo… quería verte después de la pelea", dijo ella en un tono que no perdió su calidez, pero mostraba cierta cautela.
Izuku la observó por un instante antes de hacer un leve gesto para invitarla a entrar. "No es problema", dijo con serenidad, manteniendo la compostura mientras cerraba la puerta detrás de ella.
Nejire avanzó despacio, recorriendo la habitación con la mirada antes de fijarse en él. "Lo que hiciste hoy fue... impresionante. No solo derrotaste a All Might; parecías anticipar cada movimiento suyo. Nos dejaste a todos... sin palabras."
Izuku permaneció en silencio unos segundos, mirando al suelo antes de responder. "Fue simplemente resultado del entrenamiento. Nada más." Su voz era controlada y baja, casi fría en su simplicidad.
Nejire lo estudió por un momento, sin apartar la mirada. "No creo que haya sido solo eso. Para enfrentarte a alguien como All Might de esa manera… se necesita algo más. Es tu determinación, tu fuerza de voluntad. Hay una razón por la que todos confiamos en ti."
Él asintió brevemente, aunque sus ojos seguían fríos y calculadores, como si aún no estuviera del todo presente en el momento. "Tengo un objetivo claro. Mientras eso esté en mi mente, el resto... no importa."
Nejire se acercó un poco, sus palabras bajando a un susurro que dejaba entrever su genuina admiración. "Ese enfoque tuyo es algo que respeto, Izuku. Pero, aunque eres fuerte, no tienes que cargar con todo solo. Tienes personas en quienes confiar."
Izuku la miró de reojo, manteniendo su expresión imperturbable. "Lo sé", dijo con seriedad. "Pero algunas cargas… es mejor que las lleve solo."
El silencio se alargó entre ellos, mientras Nejire sostenía su mirada con una sonrisa suave, respetando esa distancia emocional que Izuku parecía mantener por decisión propia. Sin embargo, en su mirada se percibía un entendimiento, una aceptación de quién era él y la frialdad con la que manejaba su vida.
Nejire lo miró con un atisbo de comprensión, y su sonrisa se suavizó aún más. Sabía que detrás de esa frialdad calculada, Izuku era alguien que estaba dispuesto a darlo todo por proteger a los demás. Era su forma de luchar, su modo de preservar algo más que solo su vida. Aun así, ella no pudo evitar sentirse un poco preocupada por la carga que él se imponía.
“Entiendo. Pero…,” continuó Nejire, manteniendo su tono tranquilo y amable, “eso no significa que tengas que aislarte de todos. Incluso alguien tan fuerte como tú necesita momentos para… desconectar.”