NicholasAmelie me mostró el mensaje, y en cuanto lo leí, supe que la situación era grave. Era un mensaje del hospital, y el terror en sus ojos me decía que estaba al borde de la angustia. Sin pensarlo, me acerqué más, ajustando su vestido con cuidado.
Tomé su mano con firmeza, como si pudiera transmitirle mi fuerza. La guié hacia la salida, sintiendo la fragilidad de su ser a través del contacto.
Una vez dentro del auto, encendí el motor y nos dirigimos hacia el hospital. La carretera se extendía ante nosotros, y el silencio se hacía denso.
La miré de reojo y vi cómo sus ojos se llenaban de lágrimas, aunque ella se mordió el labio, esforzándose por mantenerse fuerte. Le acaricié la mano, intentando que sintiera que no estaba sola.
Al llegar al hospital, el ambiente era frío y clínico. Miré a mi alrededor, sintiendo que la ansiedad aumentaba con cada segundo que pasaba.
-Respira hondo, Amelie. Todo va a estar bien. Estoy aquí para lo que necesites -dije, tratando de mantener una expresión de confianza. La abracé, dejando que se apoyara en mí un momento. Sentí cómo su cuerpo se relajaba ligeramente ante mi abrazo, y eso me dio un respiro.
Nunca había estado tan involucrado emocionalmente con alguien, y eso me atemorizaba. Con cada momento que pasábamos juntos, sentía que mi corazón se abría más a ella, y eso era un riesgo que no estaba seguro de cómo manejar.
Estuvimos sentados en la sala de espera, el tiempo parecía estancarse.
-Todo estará bien. Estaremos juntos en esto -reiteré, buscando calmar su mente.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, una enfermera apareció y nos llamó. El aire se volvió denso, y sentí que mi corazón latía con fuerza.
-Es hora de que veas a tu madre -dije, sosteniendo su mano con fuerza. Era el momento de enfrentarnos a la realidad.
-Ella va estar bien, ¿verdad Nicholas? -preguntó, su voz quebrada.
-Estará bien-respondí, sintiendo cómo mi propio temor se intensificaba al acercarnos a la puerta de la sala donde estaba la señora Prescott.
La guié dentro, y al cruzar el umbral, el mundo exterior se desvaneció. La habitación era pequeña, con luz tenue, y en la cama había una mujer que nunca había visto, pero que de alguna manera sentía que conocía, el sonido de los monitores y el aroma a desinfectante me golpearon al entrar.
Amelie tomó la mano de su madre con ternura, y la vi hablarle con una voz temblorosa pero llena de amor.
-Voy a salir un momento-dije, sintiendo que necesitaba dejar que Amelie tuviera ese tiempo a solas con su madre.
Caminé por el pasillo y busqué a alguien que pudiera ofrecerme más información. Al poco tiempo, encontré a una doctora revisando unos expedientes en una mesa cercana, así que me acerqué.
-Disculpe, ¿podría decirme cómo está la señora Prescott?-pregunté.
La doctora levantó la vista, sus ojos reflejando una mezcla de profesionalismo y compasión.
-La señora Prescott ha desarrollado una infección severa que ha complicado su condición. Su sistema inmunológico está muy debilitado. He visto a Amelie aquí muchas veces en los últimos años; ha sufrido mucho con esta situación. A veces venía a hacer las tareas de la universidad mientras su madre recibía tratamiento-dijo, con un tono que denotaba tristeza, parecía conocer a la perfección la situación de las Prescott.
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(Boss) Nicholas Chavez ¹⁸
FanfictionAmelie Prescott se convierte en secretaria de Nicholas Chavez. Entre un juego lleno de deseo y seducción donde se enfrentan a situaciones que podría cambiar todo.