AmelieMovía la tela de mi vestido entre mis dedos, inquieta, mientras miraba el reloj. Nicholas había dicho que llegaría a las ocho de la noche en punto, faltaban algunos minutos.
Mi madre habia decidido quedarse en el hospital un tiempo después de su última quimioterapia de la semana, ya que la debilitaba y no queria que me preocupara por eso. Y aunque ahora pudiera cubrir sus gastos con más facilidad y sin preocuparme tanto, verla así seguía siendo doloroso.
Sentía que iba a enfermarme; una presión constante se había asentado en mi cabeza, y un ligero temblor recorría mi cuerpo. Sin embargo, a pesar de la incomodidad, no podía evitar sentir curiosidad por lo que era tan importante que Nicholas necesitaba llevarme.
El sonido la bocina de un auto me sacó de mis pensamientos, y al mirar por la ventana, lo vi. Recargado contra su auto, y una sonrisa dibujada en sus labios cuando me vio. Vestía una camisa oscura y jeans, una elección informal pero que no le restaba nada de elegancia. Incluso vestido de esa manera sencilla, irradiaba una presencia fuerte, magnética. Me mordí el labio, tratando de controlar la leve sonrisa que se asomaba en mi rostro.
Respiré hondo y salí, deseando que mi apariencia pareciera más calmada de lo que en realidad estaba. Al acercarme, vi cómo Nicholas se enderezaba, y el destello de su sonrisa se volvió aún más pronunciado, como si disfrutar de mi evidente nerviosismo fuera su nuevo pasatiempo.
- ¿Estabas esperando desde hace mucho? -preguntó, abriéndome la puerta del auto y mirando con un leve toque de diversión en sus ojos.
- No tanto -contesté.
Subí al auto, y él cerró la puerta con cuidado antes de rodearlo para tomar el volante. Antes de arrancar, se giró hacia mí, mirándome de arriba a abajo, como si apreciara cada detalle de mi elección de vestuario.
- Ese vestido es bonito. Como el de anoche en el Club -dijo con voz baja -Definitivamente, tienes buen gusto.
Sus palabras me hicieron sonrojar, pero intenté disimular, lanzándole una mirada algo desafiante.
- ¿Así que solo notaste mi vestido?
Nicholas soltó una suave risa, girando la llave y poniendo el auto en marcha mientras sus ojos seguían fijos en la carretera.
- Créeme, noté muchas cosas esa noche -contestó con voz tranquila, sin apartar la vista de la carretera-.
Su comentario me dejó con divertida y me di cuenta de que estaba jugando con fuego al intentar igualar su nivel de coqueteo. Lo conocía tan poco, pero en ese momento, parecía como si Nicholas disfrutara desarmarme con palabras y miradas.
Dejamos que el silencio se asentara por un momento, mientras avanzábamos por calles que se iban alejando poco a poco del bullicio de la ciudad. Los edificios se transformaron en casas, y pronto, las casas comenzaron a espaciarse, dándole paso a calles rodeadas de árboles que parecían enmarcar el camino como una bienvenida a un lugar especial. Mi curiosidad crecía con cada giro que tomaba, y aunque la tentación de preguntar era grande, me limité a observar.
Finalmente, después de un rato, no pude contenerme más.
- ¿A dónde vamos? Dijiste que era un importante, pero... ¿Que es? -pregunté en voz baja, mirándolo de reojo.
Nicholas tomó aire, como si estuviera organizando sus pensamientos, y su tono cambió. Se volvió más serio, casi introspectivo.
- Vamos a la casa de mi abuela -dijo, su mirada fija en la carretera-. Ella fue quien realmente me crió, ya que mis padres siempre estuvieron ocupados con el negocio familiar. Viajan de un lado a otro y, aunque siempre han estado presentes de alguna manera, nunca realmente... estuvieron ahí.
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(Boss) Nicholas Chavez ¹⁸
FanfictionAmelie Prescott se convierte en secretaria de Nicholas Chavez. Entre un juego lleno de deseo y seducción donde se enfrentan a situaciones que podría cambiar todo.