Un juramento se vuelve una maldición. Atar sus vidas por amor en una de sus vidas puede condenar a ambos a la perdición y ahora debe enfrentar el mayor desafío de todos.
Ser un hechicero o ser el enemigo de los hechiceros. Todo por su maldito amor h...
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Hikaru no puede dormir. Es algo que le pasa desde que es niño y jamás lo habló con Nanami o Atsushi. Siempre que sueña, está rodeado de recuerdos de su vida actual, memorias dolorosas de todo lo que tuvo que hacer para llegar ahí.
Desde que tiene memoria, o mejor dicho, desde sus 7 años sabe que esta maldición está con él. Supone que desde su nacimiento lo acompaña y siempre lo cuida. Cuando aprendió a leer y a escribir, se metió a un templo de hechicería a sus 10 años para entender al fin lo que le ocurría. Fue ahí donde pudo traducir las palabras que dijo el hechicero viejo que usa una guitarra como arma.
"—Todo aquel ser que se intente algo malo con Akimitsu será brutalmente asesinado y desmembrado. Las maldiciones no pueden odiarlo porque sirven a él como príncipe de las maldiciones. Así será en todas sus vidas, hasta que Sukuna decida."
Luego, cuando encontró el documento con su historia, tuvo miedo de leerlo y desde ese día lo guarda con recelo en una caja debajo de su cama. Una cama tradicional japonesa que en realidad es un futón en el suelo, debajo de este cavó un agujero y escondió ahí su caja. Aunque lo tapó, todas las noches es consciente de esa pesadilla y cree que se maldijo a si mismo al decidir tenerla y no quemarla.
Un día, estando solo con el humano del que se hizo amigo, decide hablar con él.
—Junpei... ¿Puedo preguntarte algo? —Tantea muy serio. —Si tuvieras cierta información en tus manos sobre algo que olvidaste, que para muchos es malo porque te hace una persona mala ¿Lo leerías?
Junpei dejó de acomodar las películas en el estante para prestarle total atención a su nuevo amigo. Pensó un momento la respuesta y, al verlo tan serio, decidió sentarse frente a él.
—Bueno, creo que sí. —Tararea con una sonrisa en su rostro. —Si es algo que olvidé con más razón querría saber qué es lo que todos juzgan de mi. Si luego de conocer la información no me gusta mi pasado, lo mejor que puedo hacer es mirar hacia adelante y buscar ser mejor persona de la que fui.
Hikaru quedó con la boca abierta de la sorpresa. Estaba tan acostumbrado a que lo juzguen, que jamás pensó en ser él mismo el que se juzga. Siempre vio como algo malo el legado de Akimitsu porque otros le dijeron lo poco que saben, pero si se pone a pensar, tal vez sea momento de dejar un momento de lado su odio y analizar la situación.
— ¿Fue una buena respuesta? —cuestiona tímido.
—Si...gracias, aclaraste mi mente.
Hubo un pequeño silencio en el que él emo trataba de juntar valor para hacerle esa pregunta. Cuando lo juntó, ya fue tarde porque la puerta se abrió de golpe en presencia de Atsushi.
—Sushi, bienvenido. —Saluda alegre.
Junpei se sintió chocado por la repentina interrupción y ahora el repentino cambio de humor de su amigo. Decidió que por esa vez lo dejaría pasar, que debe acostumbrarse a las actitudes excéntricas de ambos y fingir demencia la mayor parte del tiempo hasta que decidan meterlo en su mundo.