«Luz»

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Capítulo Tres

              Para cuándo Nanami y Gojo llegaron al departamento, ya era tarde

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              Para cuándo Nanami y Gojo llegaron al departamento, ya era tarde. Ambos adultos fueron rápidamente a la habitación del menor y no les importó que la puerta esté bloqueada, ellos simplemente entraron para mirar a su alrededor, notando que él menor apenas estaba saliendo de una ducha con su pijama y el cabello mojado.

— ¡Ah! ¡Qué susto! —se llevó una mano al pecho y comenzó a hacer ejercicios de respiración para calmar su acelerado corazón.

— ¿Dónde?

Hikaru se paralizó. Si hay un hechicero al que le tiene miedo y respeto es a nada más ni nada menos que Satoru Gojo. El hombre subió un poco su venda para mirarlo directamente con uno de sus ojos. Tan claro como el cielo, tan enigmático como las preguntas del universo y tan poderoso como el mismo infinito.

—No sé de qué habla... —tartamudea.

—El dedo de Sukuna ¿Dónde lo tienes? —exige saber, ahora con voz más dura. —A mi no puedes mentirme...yo fui quien selló tus recuerdos. Conmigo no funciona esa maldición tuya.

La agitación de su sombra no piensa igual. Las luces de su cuarto parpadearon rapidamente, todo pareció agitarse y si alguien estuviera ahí, diría que estaba por ocurrir una tormenta en aquella habitación cuando en realidad es un choque de energía maldita entre el hechicero más fuerte y el esposo del antiguo hechicero más fuerte.

Nanami se adelantó para cubrir de su visión a Gojo, dejándolo solo a él en su rango. Su rostro mostraba genuina preocupación y angustia, como un padre preocupado por su hijo. Nanami es blando cuando se trata de él y más porque es el único que puede controlar la entrada y salida de esa maldición suya. Tal vez es justo decir que, de todos los hechiceros existentes, Nanami es el único en quien confía plenamente.

—Sentimos una explosión de energía maldita provenir de aquí y creemos que surgió un dedo de Sukuna justo aquí. —Explica muy calmado, tratando de que el menor solo lo mire a él y no a Gojo, quien se puso a caminar por la habitación buscando algo. — ¿No sentiste nada?

Hikaru miró de reojo al albino, notando que este miraba muy fijamente su futón. Después de que Sukuna haya quemado su libro, le pareció inútil conservarlo y por eso decidió desechar las cenizas por la ventana y al fin tapar el hueco correctamente. Finalmente, miró los ojos de Nanami y negó en silencio.

No puede mentirle, pero tampoco puede decirle la verdad.

—Te lo dije, es un humano inútil ahora. —Se queja el único heredero del clan Gojo. Al moreno no se le pasó por alto que haya olfateado el aire. —Aunque ve maldiciones, de seguro ni puede sentir la energía maldita. Podría lanzarle un púrpura ahora y él no lo vería venir.

—Por favor, no intentes usar tu técnica más fuerte en mi departamento. —Suplica el otro adulto presente, sintiendo ya un dolor de cabeza por la actitud mocosa de quien se supone que es el mayor ahí.

𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐨 || ᴊᴊᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora