Corrí escaleras arriba, muy alterada. Entre a la habitación de kenan, estaba tomando una siesta, alas tres de la tarde ¿quien hace eso?
-¡kenan!-grite.
El se levantó de golpe, mirándome atentamente.
-¡se quema la cocina!-grite. El abrió los ojos como platos y bajo corriendo las escaleras y yo detrás de el y si, la cocina se incendiaba.
-mierda.-El tomó el extintor y lo rocío por todo el fuego.
Me miró serio. Estaba molesto.
Me acerque a el y lo rodee con mis flacuchos brazos y lo mire, me miraba con el ceño fruncido, tratando de descifrar el porque lo abrazaba.
-lo siento.-dije con la voz más inocente que tengo.
Su mirada se suaviso.
-¿tu estas bien?-me acarició el cabello.
-si.-conteste.
De un momento a otro sentí un dolor muy fuerte en el vientre.
-¡demonios!-grite.
Kenan me miran preocupado.
-¿que pasa?-preguntó alterado.
-m..me duele.-el dolor era muy fuerte.
-mierda.-kena me tomó en brazos y salimos disparados al auto.
Cuando llegamos a emergencias, me atendió un doctor, el dolor estaba pasando, ya no era tan intenso.
-vamos a ver, cual es el problema.-dijo el doctor poniendo el gel, que se sentía frío en mi vientre.
La pantalla se veía negro, se veía mal.
-oh.-salió del doctor.
-¿que pasa?-preguntó kenan.
-pues, felicidades.-sonrió.-son dos.
Abrí los ojos como platos.
no.
No.
¡No!
-¿como que dos?-pregunte en shock.
-son dos bebés.-sonrió.
-¡maldita sea!-grite molesta y miré a kenan que seguía parado en la esquina de la habitación con los brazos cruzados.-¡te odio, desgraciado, esto es tu culpa!-grite molesta.
Kenan ni siquiera se digno a mirarme aún miraba el monitor.
-relagece, y mire.-miré al doctor y señaló dos puntos en la pantalla.-estas dos bolitas de aquí, son sus bebés.
-debe ser un error.-Murmuré.
Me niergo a creer que hay dos vidas dentro de mi, ¡es imposible!
-no, son dos.
Miré a kenan y tenía una sonrisa de oreja a oreja.
-¿¡porque demonios sonríes!?-le grite.
El me miró.
-¿que son?-le preguntó kenan al doctor, ignorándome por completo.
-aún no se puede saber, sólo tiene un mes y medio, son muy pequeños aún.
Después de que el doctor me diara todos, absolutamente todas las cosas que podía y no podía hacer, ¡no puedo beber! No puedo hacer nada. El doctor le dijo a kenan que me tendría que cuidar mucho ya que soy "primeriza".
-nena, esta casa esta de locos.-me dijo alisia, la había invitado a la casa, ya que kenan estaba trabajando y la extrañaba demasiado.
-si y solitaria.-suspire.