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Jennie no podía entender como su novio, con quién ya llevaba 4 años, estaba tan obsesionado con esas chicas llamadas en grupo "Blackpink". Había escuchado una que otra canción, y lo admitía, eran buenas, hasta pegadizas, pero su novio exageraba.
Kai tenía toda su habitación decorada con posters, figuras, photo cards y álbumes de ellas, Jennie podía afirmar que el 60% de sus ingresos económicos los gastaba en su mercancía, en especial de Lalisa Manobal, una de las tres integrantes.
Lalisa era la "bias" de Kai, no es exagerar agregar que la tenía hasta de fondo de pantalla.
Aquella chica era tailandesa, y si no se equivocaba, era el orgullo de su país.
La castaña fruce el ceño y cierra los ojos—Ni siquiera es tan bonita.—Suspiró.
Pobre Jennie.
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