006: Proteger

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Un mes después de aquella cita, y Max se sentía en las nubes. Había tenido algunas citas más con el Alfa, a veces se quedaba a dormir en su casa incluso, dormía en la misma cama que él y se despertaba a su lado.

Si pudiera flotar de la felicidad ya estaría en la luna, ya todos en la guardería sabían que el estaba saliendo con el papá de una cachorra y la verdad se alegraban por el, y por la pequeña haciendo labor de su madre. Entendían que para ella era esencial.

Mas bien, estaban un poco orgullosos de el, pues se había encariñado mucho con la pequeña y la amaba como propia, no muchos omegas podían hacer eso, la mayoría querían pequeños propios, no de otro omega.

Pero quizás era porque Penélope era lavada, es decir, que no tenía ningún aroma de Omega y estaba necesitada, el también lo estaba, lo más que quería era tener cachorros y Alfa, ser amado y amar.

No sabe si fue un ángel quién escucho su deseo y envió a dos personas para que fuese cumplido ese deseo. Un Alfa necesitando ayuda y amor, y una pequeña necesitando atención y cuidado.

Max estaba más que dispuesto a dárselos, tenía mucho amor para los tres. Su Checo era un alfa atento, quizás aprendió eso por tener que harcerse cargo de una pequeña el solo, pues los cachorros necesitan mucha atención.

Le gustaba mucho eso, no , le encantaba, ver su celular y encontrar pequeños mensajes de Sergio, le respondía cuando podía, pues tampoco descuidaba de los cachorros, antes muerto que eso.

El rubio quería dar otro paso, mudarse con el castaño, así podría estar a tiempo completo con la pequeña Penélope, pero no sabía si era muy pronto hacer algo como eso, podría ser un intruso en el territorio del castaño, sin embargo, ya había estado varias veces en la casa del Alfa, y en su cama, éste no mostro ningún signo de molestia.

Ansioso, nervioso e inseguro, esos eran sus defectos, tenía que lidiar constantemente con ellos, pero hacía lo mejor que podía para enfrentarlos, aún así cuando las cosas se aparecían en su contra.

Siempre estaba así con una sonrisa intentando de ver el lado positivo de las cosas. Nunca se arrepentiría de trabajar en esa guardería y estar a cargo de la cachorra, menos de querer ser su madre.

Un día en particular, estaba trabajando en la guardería, Penélope jugaba en el suelo con algunos de sus juguetes, eran las cuatro y media y los padre iban llegando poco a poco por los cachorros.

Todo iba bien, hasta que vio llegar a un señor muy mayor, su cabello lacio con completamente con canas, parecido a el de Penélope, tenía lo ojos marrones, no le daba buena espina.

—Buenas tardes señor, ¿Puedo ayudarle en algo? ¿Se perdió?-Preguntó cortésmente, tratando de impedir que no entrara en el salón a su cuidado, no sabía quien era, no podía hacerlo entrar con los cachorros.

—Vengo por mi nieta.- Dijo con simpleza y trato de entrar a el salón, pero Max lo atravesó.

—¿Su nieta? Disculpe señor, pero nadie dijo que vendría, ni siquiera se quién es usted, no puede entrar, si me da más detalles lo podré ayudar.- Lo único que quería era que se fuera, podía sentir la tención en el aire, incluso otros padres miraban curiosamente la situación.

—Penélope, ese es el nombre de mi nieta, vengo por ella.- El corazón de Max se dio un vuelco, y sus nervios se encendieron como pólvora.

—No puede llevársela, señor, Sergio no dijo que usted iba a venir, él es su padre y no puedo dejarla sin su autorización.-Max sólo quería que se fuera, Sergio le había dicho que no se llevaba bien con la familia de la madre de Penny, nunc lo hizo y eso solo que lo había visto un par de veces.

¿Mamá? - Chestappen - Sergio Pérez x Max Verstappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora