Ibas camino a la cabaña de Atenea para revolverle a Annabeth su gorra, pero resulta que ella ya estaba afuera.
—Hola, Annabeth—saludaste.
—¿Sí? —pregunta Annabeth mientras se detiene y se gira hacia Solana.
—Gracias por prestármelo —extiendes la mano y le revuelves su gorra.
Annabeth sonríe mientras recupera su gorra. —De nada. Te queda bien.
—Gracias, Annabeth.
—Tienes un sentido de la moda interesante. Annabeth elogia.
—Sí, claro —te reistes con una risa burlona.
Annabeth sonríe. —En serio, lo digo en serio, te veías bien con mi gorra.
—Pues gracias
—De nada.
Annabeth continúa caminando, y de repente se detiene. Ve algo en el suelo un poco más adelante.
—¿Qué pasa?—preguntaste.
—Allí abajo. Mira
En el suelo había un pedazo de roca triangular con las palabras 'Ayuda' y 'Por favor' talladas en él.
Annabeth se agacha y recoge el pedazo de roca. Le da la vuelta para poder verlo
—Ayuda y por favor. Alguien claramente lo dejó allí, pero ¿quién?
—Mmmm...
Annabeth entrecierra los ojos, concentrándose e inspeccionando el área alrededor para ver si hay alguna pista.
—¿Qué ves?—preguntas agachándote a la par de Annabeth.
—No estoy segura todavía
Annabeth murmura, observando aún lo que le rodea. Mira el suelo, las rocas y los árboles que les rodean. Sus ojos siguen un pequeño camino de hojas y tierra que conduce a una cueva un poco más allá, al otro lado del bosque.
—Que raro
Annabeth asiente mientras se incorpora, aún observando la cueva.
—Es bastante extraño...
—Digámosle a Quirón —pusiste tu mano en su hombro
Annabeth asiente.
—Vamos. Vámonos al gran salón y encontremos a Quirón.
—Está bien.
Annabeth sale del bosque, todavía observando la cueva sobre su hombro y teniendo cuidado de no hacer demasiado ruido. Camina por el bosque hasta llegar al campamento, y se dirige al gran salón.
***
—Ya llegamos.
Annabeth asiente: —Sí. Vamos. Estará en la oficina.
—¡Quirón! —gritas.
Quirón se da vuelta en su silla, alzando ligeramente las cejas
—Annabeth. Solana. ¿Cómo puedo ayudaros?
Quirón se echa ligeramente hacia delante, observando la roca con una ceja alzada. Toma el pedazo de roca en sus manos y lo examina más de cerca, frunciendo el ceño mientras inspecciona las palabras talladas en él
—¿Y bien?
Quirón guarda silencio por un momento más, y luego alza la vista hacia Annabeth y Solana.
—Esto es... bastante inusual. Lo pondré en un tablón de anuncios en el gran salón, y veré si puedo descubrir quién lo puso allí
—Espero que tengas suerte—murmuró un chico sentado en un costado de la oficina.
Quirón mira a donde está Solana, y suelta un suspiro. Después lanza una breve mirada al chico, arqueando ligeramente una ceja antes de volverse a solana.
Quirón se reclina en su asiento, y el chico en el rincón continúa observando la escena.
—Está bien, creo que debemos irnos, ¿verdad, Annabeth?—dijiste
Annabeth asiente, aún observando el rostro del chico
—Sí, vámonos
Se da vuelta y comienza a caminar hacia el gran salón, aún observando al chico desde atrás a través de la esquina de su ojo.
Cuando salen, le pregunta a Annabeth.
—¿Quién era ese chico?
Annabeth se detiene un momento, y luego se encoge de hombros un poco.
—No estoy segura, nunca lo he visto antes. Aunque sospecho que es un hijo de Hermes,
—Tal vez tengas razón. Quién sabe
Annabeth asiente.
—Sólo espero que Quirón y quien vaya a vigilar puedan descubrir quién puso esa roca allí.
Se encuentran con Leo en el camino
Annabeth ve a Leo y se detiene un momento.
—Hola, Leo, saludos —responde Annabeth.
—¿Qué tal todo, leo?—preguntaste.
Leo se encoge de hombros al verlas.
—Nada nuevo. Estoy preparando algo para el próximo juego de capturar la bandera.
—¡En serio!, quisiera saber que es.
Leo se encoge de hombros con una sonrisa.
—Oh, todavía tengo que perfeccionarlo
—Ohhh, ya veo
Leo se ríe un poco, y luego se apoya contra el costado del gran salón.
—Pero oye, ustedes también están bien, ¿eh? ¿Has visto algo interesante últimamente?
—Estamos bien, y no hay nada interesante por el momento —tú y Annabeth asientan.
—Es bueno saber que estás bien. Pero escucha, si necesitas unos cuantos trucos de última hora para capturar la bandera, dímelo, ¿vale?
—Está bien, no hay problema.—dijiste con una sonrisa radiante
Leo asiente, y una sonrisa traviesa se extiende por su rostro.
—Todavía tengo unas cuantas cosas guardadas en la manga.
—Jjajaja, ya lo veremos.
Leo también se ríe, y luego se incorpora.
—Bueno, te dejo a ti, Solana. Debo volver a trabajar en mi gran plan.
—Está bien, no te preocupes, adiós, leo.
—Adiós— Leo asiente, y luego se gira y entra en el gran salón.
—Ese chico me agrada, ¿sabias?—dijiste mientras incorporabas tus manos en tus bolsillos.
Annabeth responde con una sonrisa.
—Sí, Leo es divertido. A veces es un poco demasiado relajado, pero está bien. Es un buen amigo.
***
Gracias por leer.
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Y que mas...Solana
RandomUna nueva chica es bienvenida al campamento mestizo. Ella es Solana, una nueva integrante de la cabaña 7.