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El día para el joven rubio fue un torbellino de emociones, un remolino de sentimientos que arrasaba con todo a su paso. Todo comenzó con su suegra, quien con su lengua afilada criticaba su figura, como solía hacer desde que inició su relación con el hombre que, en unas pocas horas, se convertiría en su esposo. Luego, su cuñada le trataba como si fuera menos que nada, argumentando que su hermano mayor merecía algo mejor. Y para rematar el día, recibió un mensaje del que fue, y siempre será, el amor de su vida: Yoongi.

Yoongi había destrozado cada fragmento de su corazón, y él pensó que nadie sería capaz de reconstruirlo, hasta que conoció a YeonJin. Un joven tierno pero serio, que, aunque intentaba engañar a los demás, su mente siempre divagaba hacia Yoongi ante aquella personalidad similar. Quizás Yeon no logró reconstruir todo lo que el mayor había roto en él, pero sí logró aportar un poco de luz al oscuro abismo al que caía lentamente.

Pero había un gran obstáculo, un muro de piedra que parecía insuperable: la familia de su futuro esposo. Eran como una piedra en el zapato, una constante molestia que no podía ignorar. Juraba que si no fuera por su cariño hacia Yeon, ya los hubiera mandado a volar a todos.

- ¿Qué vas a hacer? -Interrogó Taehyung, su mejor amigo, mientras observaba cómo Jimin sostenía aquella carta, ya marcada por las pequeñas lágrimas que habían caído del rostro del rubio- Sé que esa carta es de Yoongi...

-Lo es -murmuró con un tono lleno de melancolía, sin apartar la vista de esa hoja que parecía pesar toneladas.

-Jimin, siempre estuve en contra de tu relación con Min, nunca me pareció que él fuera suficiente para ti, con su personalidad sombría y distante -hizo una pausa, suspirando con fuerza, sabiendo que a su amigo le dolía oír hablar mal del pelinegro- Pero te hacía feliz, nunca te vi brillar tanto como cuando estabas con él. Tu sonrisa, tu mirada, hasta tu piel parecían más radiantes -El menor soltó una risita ante sus palabras- Y si él tiene algo que decirte, creo que deberías escucharlo...

Y quizás Jimin lo consideró por un instante, pero también recordó el dolor que le causó aquella despedida y la indiferencia que sintió por parte del mayor en lo que para él había sido su mejor relación.

-Él me dejó, Taehyung, y no le importó nada.

-Jimin-ah, ¿recuerdas cuando me dijiste que él solía alejar a las personas cuando tenía sus recaídas? -Jimin miró a Taehyung con sorpresa- Y... ¿si él recayó y buscó la forma de alejarte sabiendo que tú no lo harías si solo te lo pedía? ¿No crees que...

-No, él juró decirme cada vez que se sintiera de esa forma, y... y... -Sus lágrimas volvieron a caer, esta vez con más fuerza, por lo que Tae fue a abrazarlo- Él me necesitaba, y yo no supe leerlo, solo me alejé.

-Esto no es culpa tuya, él sigue siendo un idiota, pero quizá un idiota que te ama como a nadie -Se separó un poco- Jimin, ¿quieres casarte con YeonJin?

-Esto no es culpa tuya, él sigue siendo un idiota, pero quizá un idiota que te ama como a nadie -Se separó un poco- Jimin, ¿quieres casarte con YeonJin?

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Rekindled | YM ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora