Capítulo 2

115 8 6
                                    

Ya era tiempo, eran las dos y media de la tarde. A esa hora pasaba la reina con su "hermoso carruaje real" que había mandado a hacer con el dinero que la bruja robaba al pueblo de donde se había escapado. Salí de la choza acomodándome las flechas en la espalda con un ágil movimiento de hombro y me encaminé unos cuantos metros hasta donde estaba el camino de tierra por donde pasaba el carruaje de la bruja malvada. Tarareaba una canción al azar mientras avivaba la marcha. Tenía que comenzar a trotar si deseaba llegar a tiempo y poder ir al pueblo a pagar las cosas y, si el dinero sobraba, comprarme algo de comida. 

 Llegué al árbol de siempre, del cual dispararía a la rueda y luego tendría que bajar para agarrar el oro y correr hacia donde mi fiel caballo me esperaba en guardia. El plan no tenía fallas. 

Me quedé sentada en una de las ramas mejores escondidas descansando el brazo con el arco y la flecha listos para la acción hasta que por fin escuche el sonido de las patas de los caballos haciendo que me enderezara y comenzara a seguir el paso de la rueda del carruaje hasta que por fin me decidí a disparar la flecha. La rueda se detuvo... pero no por mi flecha pues esta permanecía en el arco. 

Me asusté. Comencé a mirar a todos lados hasta que por fin un hombre enrome y de hombros anchos se apareció cerca de MI carruaje y tomó la bolsa entre sus enormes brazos echándoselo a correr hasta llegar a un caballo negro como la noche. El carruaje siguió y yo me bajé del árbol para echarme a correr detrás de ese maldito ladrón de ladrones. 

Corrí y corrí hasta alcanzar a mi caballo, me trepé a él y galopamos lo más rápido que Zeus pudo hasta alcanzarlos. El único error del idiota fue dejar la bolsa dentro de un estuche colgado del lomo de su caballo. Error de novato, o de imbésil. 

En un ágil movimiento tomé la bolsa e hice correr a Zeus el doble de rápido para finalmente desviarnos hacia la derecha. 

- ¡Hey!¡Ladrón!¡Te voy a encontrar, grandísimo idiota!. 

Hice oídos sordos a sus comentarios fuera de lugar y de como me travistió y miré fijamente hacia adelante mientras elevaba y bajaba suavemente mis piernas sobre Zeous para evitar una catástrofe. En pleno escape, algo color negro se apareció frente a mi caballo y a mí haciendo que Zeus se elevara en dos patas del susto, tirándome, y corriera camino a casa tal y como lo había entrenado. ESE NO ERA EL MOMENTO DE HUIR, CABALLO INÚTIL. 

Un dolor punzante me recorrió todo el cuerpo tenía la espalda quebrada en un millón de pedasitos, mis piernas me quemaban y ni hablar de mi coxis. Pude ver borrosamente como se acercaba a mí dando pasos firmes, pensé en correr pero mi cuerpo y mi cerebro no tenían la misma sincronía. Tomó el cuello de mi camisa y me elevó en el aire tan fácil como una pluma; pronto lo tenía allí mismo, frente a mí, mirándome con desprecio. Volví en mí y lo empujé fuertemente antes de golpearlo. Él retrocedió tocandose el labio. 

- Estas muerto, amigo. - me tiró al suelo y calló junto a mí. 

- ¡No me digas amigo! - grité sacándome la capucha y dejando al descubierto mi cara por primera vez. 

- Sos ... una chica...- dijo sorprendido, su voz reflejaba lo atónito que estaba.

- Soy una mujer.- Toqué con mi dedo corazón una roca y la tomé para arrojarla contra su rostro y tomar la bolsa con el oro para salir corriendo. 

Pensé en mirar para atrás pero solo tenía que correr. Corre Regina, corre. Mis piernas me quemaban como si alguien hubiera encendido una fogata en ellas; y mi cabeza estaba por estallar. Sacudí mi cabeza ahuyentando todo aquello que me retrasara y seguí corriendo esta vez con más decisión. 

Mi cabeza giró una milésima de segundo y pude ver al idiota tocándose la ceja confundido por el fuerte golpe mientras se balanceaba. 

- ¡Te voy a encontrar! Siempre te voy a encontrar...

- e

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 23, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

the huntersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora