CAPÍTULO 1

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Había un condón usado en el piso cerca de la cama.

Esto no sería particularmente digno de mención si no fuera por el hecho de que Harry había estado ausente varias semanas y el preservativo definitivamente no le pertenecía.

Harry miró fijamente al condón, sintiendo la bilis subir hasta su garganta. Su mirada se desplazó hacia la imagen de la mesita de noche, una foto de un día en el parque. Él y Nina parecían tan felices, su pequeño cuerpo parecía diminuto en sus brazos mientras la abrazaba por detrás.

Volvió a mirar el condón y se sintió mal del estómago.

Tras de él, Nina seguía parloteando distraídamente, diciendo lo feliz que estaba de que hubiera regresado a casa, de Suiza, antes de lo planeado.

Harry siempre se había enorgullecido de nunca golpear una
mujer. Era un tipo grande, con un trabajo peligroso, un
temperamento excitable y puños a juego, pero nunca había
golpeado a una mujer.

Nunca había estado tan tentado en su vida.

Y había pensado que esta semana no podría empeorar. Aparentemente no era suficiente que hubiera perdido su trabajo y la confianza del hombre al que había considerado un amigo. Descubrir que su novia había traído a otro hombre a su propia casa para follar, y engañarlo en su propia cama, no era otra cosa que la cereza arriba de todo ello.

-¿Quién es? -Se oyó decir Harry, con la voz llana.

El parloteo constante de Nina finalmente se detuvo.

-¿Qué?

Harry se dio la vuelta y apuntó con el dedo hacia el condón.

-¿Quién es el sorete con el que me estás engañando?

Los enormes ojos azules de Nina se ensancharon. Sus labios temblaban.

-Harry, no es lo que...

-¿No es lo que parece? -gruñó Harry-. ¿Estás jodiendo
conmigo, Nina?

Ella se estremeció, alejándose de él.

-No sé de qué estás hablando -dijo ella con voz llena de confusión.

No era una mala mentirosa. Demasiado malo para ella que Harry fuera un ex agente federal y reconocía a la gente que mentía para ganarse la vida. Solía ser uno de ellos.

-¿Quién es? -preguntó. No sabía por qué de repente era tan importante.

No, sabía por qué: él no creía que fuera capaz de golpear a una mujer, ni siquiera ahora, sin importar cuan
mentirosa y puta-engañadora fuera. Con un hombre sería un
asunto diferente. El cuerpo de Harry picaba por una pelea, había estado ansioso por encontrar una salida para su frustración y rabia reprimida desde que Roman lo había despedido de su cargo de jefe de seguridad. Si Harry era honesto consigo mismo, necesitaba encontrar una salida para su ira desde que ese joven inglés, Luke Whitford, había conseguido tener al jefe de Harry envuelto en su dedo meñique. Hasta el día de hoy, desconcertaba y disgustaba a Harry cómo el pequeño chupapollas habría logrado engañar a un hombre como Roman. Harry nunca había pensado que Roman fuera gay. Todavía estaba convencido de que Roman no lo era. Todo era culpa de Luke Whitford: el mocoso tenía los labios más obscenos que jamás había visto. Incluso Harry, un hombre completamente recto, no pudo evitar mirar un poco.

-¿Quién es? -preguntó Harry. Le dolía el pecho más de lo que le hubiera gustado admitir. Nina había sido su novia oficial por dos años. Era inteligente, divertida y hermosa. La había querido genuinamente, a veces incluso pensaba que la amaba. Habían tenido algo bueno entre ellos. O eso había pensado. Al parecer, Nina era de una opinión diferente si había caído en la polla de otro hombre en las pocas semanas que había estado fuera.

I ONLY HATE YOU | LARRY STYLINSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora