CAPÍTULO 10

76 10 2
                                    


Louis cerró la puerta de su dormitorio y lentamente se acercó a su cama. Dejándose caer sobre ella, miró sus elegantes botas Saint Laurent, pero se sentía como un estúpido, iluso de dieciséis años, de nuevo.

Cuando tenía dieciséis, había tenido un enamoramiento enorme con el capitán del equipo de fútbol de la escuela, Mike Fletcher. Dios, esto era tan cliché: el raro, geek marica local (y ellos nunca se preocuparon cuando Louis dijo que era bi) suspirando por el chico más popular de la escuela, que era recto como una flecha en lo que concernía a todos. Mike Fletcher no había sido recto como una flecha... al menos era lo suficientemente gay como para permitir que Louis lo chupe cuando no lo estaba llamando maricón en los pasillos de la
escuela. Mike nunca le había correspondido, no lo tocó, porque, según él, no era puto. Mike nunca lo había besado, pero el Louis de dieciséis años era lo suficientemente ingenuo e iluso como para pensar que Mike estaba sólo negando sus
sentimientos... él no dejaría que Louis chupara su polla si no
tuviera sentimientos genuinos por él. Fue mucho más tarde que Louis se había dado cuenta de que lo que él y Mike tenían ni siquiera era sexo; era una devoción incondicional, unilateral. Cuando Louis le dijo a Mike que estaba enamorado de él y quería más de su relación, Mike se rio en su cara y dijo:

-¿Qué relación?

Habían pasado años, pero Louis todavía recordaba la inflexión en la voz de Mike y la burla en su cara, cuando se lo había dicho. Y como si no hubiera sido suficiente para Mike pisotear el corazón de Louis, él y sus amigos, literalmente, patearon sus sentimientos fuera de él más tarde ese día. Mike rió mientras sus amigos lo usaban como saco de boxeo.

Después de eso, Louis había hecho todo lo posible para permanecer lejos de Mike Fletcher, pero este no lo dejaría en paz. Casi un año más tarde, Mike fue el que atrapó a Louis dándole una mamada a su primer novio, Bill. Mike tomó una foto de ellos, y el resto, como dicen, es historia. Bill, que no había estado fuera, fue obligado a salir del armario y condenado al ostracismo por su propia familia. Un mes más tarde, de pie justo frente a la tumba de Bill y sintiendo las miradas de juicio de la gente sobre él, Louis se prometió a sí mismo: nunca otra vez. Ya no se involucraría con tipos que intimidaban a otros para ocultar su propia sexualidad. Los tipos como Mike nunca cambiaban. Eran del tipo de casarse jóvenes, producir dos-punto-cinco niños, y joderse a algún maricón ingenuo a un costado antes de regresar con su esposa perfecta. Nunca otra vez.

Y ahora, casi diez años más tarde, Louis se sentía enfermo del estómago, ardiendo de vergüenza, porque era Mike Fletcher una vez más, ¿verdad? Aparentemente, seguía siendo tan estúpido y débil como lo había sido en aquel entonces.

Jesús, ¿cómo pudo hacerlo? ¿Cómo pudo ir en contra de sus propios principios y dejar que otro homofóbico, imbécil en el armario lo follara? En Moscú no había tenido vergüenza, porque sentía que estaba enseñando al burro homofóbico una lección. Lo que había estado haciendo en los últimos días -burlándose de Harry y provocándolo- estaba peligrosamente cerca del flirteo. Lo que había pasado en el club no fue una lección. Sólo había estado ausente, con ganas de rascarse la picazón y follar, profundo y duro.

Harry lo había llamado una puta. Harry tenía razón. Incluso ahora, solamente pensando en ello y recordando lo que había sentido causaba que la polla de Louis temblara, con vergonzosa excitación bañándolo una vez más.

Idiota. Era un idiota. Ya no era el adolescente impopular de aspecto raro y pálido como la muerte. Tenía decenas de hombres y mujeres compitiendo por su atención. Y sin embargo, tenía que ir y ser jodido por un hombre que estaba completamente desacomplejado sobre su homofobia.

Algo suave rozó contra su tobillo. Louis miró hacia abajo.

-Soy un desastre, ¿verdad? -dijo, recogiendo a su gata y acunándola contra su pecho. Se dejó caer sobre el colchón y comenzó a acariciarla, tratando de vaciar su mente de todo pensamiento.

I ONLY HATE YOU | LARRY STYLINSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora