Sorry, I don't want your touch

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En cuanto recibió la noticia se apresuró a llegar lo más rápido que pudo a la sede de la port mafia. Su corazón latía a un ritmo más tortuoso del que soportaba, casi desenfrenado: estaba seguro de que en algún momento se le saldría del pecho. Sin importar que aquella fuera una total y absolutamente inesperada llamada, mentiría si dijera que no le generó un profundo alivio y un dejó de felicidad. El shock combinado con ese sentimiento de emoción inundando su mente: queriendo pensar que esto no solo era más que un cruel sueño, que era verdadero el hecho de que había recobrado el conocimiento.

Cuando llegó a la habitación se detuvo en la puerta confirmando la veracidad detrás de la noticia. Dedicándole una mirada consternada a Chuuya sentado en aquella cama, quien no tardó en posar sus hermosos y grandes orbes azules sobre él. Cuando estos se encontraron con los suyos muchos sentimientos encontrados lo golpearon con fuerza: desde arrepentimiento, hasta un amor más que profundo que él no logra entender. Entrando primero a pasos lentos, sintiendo sus propios latidos aumentar de intensidad y sin decir nada, proceder a abrazarlo con fuerza, sin realmente llegar a lastimar al pelirrojo mientras oculta la cabeza en el hueco en su cuello. Había extrañado mucho hacerlo.

El pelirrojo se limitó a corresponder el abrazo casi con la misma fuerza e intensidad, permitiéndole al otro sentirse vulnerable en sus brazos. El silencio se instaló en la habitación por unos momentos sin volverse incómodo, más bien, se sentía reconfortante casi como esa brisa o aliento después del incendio o los primeros auxilios después de casi ahogarse. Ambos abrazados como si no existiera nada más, solo ellos dos.

—Te extrañé…— Murmuró finalmente Dazai en su oído rompiendo el silencio generado hace unos momentos. Su voz se oía rota, casi quebrada, sus pensamientos repletos de lo mucho que quiere comunicarle lo que significa para él que esté despierto y poder abrazarlo de nuevo.

—Dazai…— Recordó por qué era adicto a aquella voz, había extrañado tanto escucharla. Incluso si tuviera que morir en esos momentos, lo haría feliz de que eso sea lo último que escuche. El pelirrojo estaba sorprendido, de que le mostrará sus emociones de aquella forma, pero cuando estaba por algo más acerca de esto, fue interrumpido.

—Chuuya…— Lo miró por unos instantes, sintiendo que, si no decía lo que tenía atorado en su pecho: jamás lo haría. Armándose de valor que no tuvo hace meses para murmurar aquellas palabras. —Lamento no haber llegado a tiempo a la bodega y también lamento no haberte dado respuesta aquella vez. Eres más que correspondido, siempre lo fuiste.

El pelirrojo no llevaba despierto más de 20 minutos, cuando un golpe de información tras otro comenzaron a llegar sin ningún tipo de piedad. El primero, que había estado inconsciente más de seis meses de su vida, lo cual le parecía absolutamente jodido. Pensando que era demasiado el tiempo perdido ahí.

La segunda un comentario levemente burlesco proveniente de Mori, acerca de que Dazai se encontraba más tiempo visitandolo que haciendo o realizando las misiones que le son asignadas. Su corazón latió rápidamente, deteniendo sus ilusiones inmediatamente, recordando que lo último que había sucedido entre ellos había sido un muy cruel e indirecto rechazo de su parte. Sin embargo; y para terminar de rematar su pobre corazón: Dazai estaba diciendo las palabras correctas.

Era todo lo que quería escuchar de él, pero no podía evitar sentir tristeza, pensando en lo mucho que realmente necesitaba escuchar aquello hace seis meses. Decidiendo simplemente no indagar más, tomándolo como un tema para después.

—Eres un idiota, un profundo y absoluto idiota. — Murmuró trayéndolo de vuelta a sus brazos. — No es tu culpa…no te culpes por esto ¿De acuerdo bastardo?

—Chuuya de no ser por mi, tú…— El pelirrojo lo interrumpió antes de que pudiera decir algo más.

—Vuelve a decir algo como eso y te pateare el maldito trasero. — Dazai aún con los ojos cristalizados: le sonrió cálidamente, soltando  una pequeña risa. Chuuya también haciéndolo en consecuencia, volviendo el ambiente tenso a algo mucho más íntimo entre ellos.

A Pearl - SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora