III

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LALISA POV:

Después de quedarme un rato procesando lo que escuché, ella me invitó a pasar.

—Pasa, Lisa, no te vas a quedar toda la noche ahí, ¿cierto?— inquirió con una sonrisa intrigante.

—No, por supuesto que no, señora Lee— respondí, sin saber cómo saludarla; dudaba entre un abrazo o un beso en la mejilla, pues su presencia me intimidaba.

—Permítame saludarte, señora— dije, acercándome y depositando un beso suave en su mejilla. Al hacerlo, me envolvió un aroma increíblemente cautivador que me hizo sentir aún más tímida. Mi cara debía estar como un tomate.

—Llámame Jennie, corazón— añadió ella, con un tono que me hizo sonreír.

—Bueno... Jennie— contesté, tratando de ocultar mi nerviosismo mientras nuestras miradas se cruzaban por un instante, y su fragancia aún rondaba en el aire, haciéndome perder un poco la compostura.

Cuando ella iba a replicar, llegó Jane corriendo y, con entusiasmo, enroscó sus piernas en mi cadera y me dio un beso efusivo. Al principio me quedé estática, mirando fijamente a su madre, pero luego cerré los ojos, dejándome llevar por su beso y correspondiéndole.

Después de su saludo, que me encantó, fue bajando lentamente de mí para luego abrazarme.

—Hola, cariño. Parece que ya te presentaste con mi madre. Espero que no te haya tratado mal— dijo, apartándose del abrazo que me dio.

—¿Tan mala madre crees que soy como para tratar mal a tu novia?— intervino su madre, con una sonrisa ligeramente exagerada.

—Bueno... con mis exnovios no fuiste tan amable, que digamos—replicó Jane, esbozando una sonrisa.

—Bueno, chicas, si van a quedarse toda la noche en la puerta, no tengo problema. Seguramente me tocará cenar a solas con Min-ho— nos dijo a Jane y a mí, mientras entraba en lo que supuse era el comedor.

—Sí, mamá, ya vamos— contestó Jane alegremente. Luego me miró, con una sonrisa—. Ahora falta que conozcas a mi padre. Es muy amable, te va a querer mucho, mi amor— me dijo, mientras me tomaba de la mano y me guiaba hacia el comedor, que era más grande que mi departamento.

Al entrar, vi que su padre estaba sentado en la cabecera de la mesa, concentrado en su celular, con el rostro serio.

La señora Jennie se sentó sin que su marido le dirigiera ni una sola mirada, y el ambiente se sentía tenso entre los dos. Solo espero que no me quieran matar con un bate o una pistola.

Me acomodé junto a Jane y, al percatarse de nuestra llegada, él alzó la mirada, primero hacia Jane y luego hacia mí.

Desconfianza. Sentí desconfianza en su primera mirada, y no me cayó tan bien como la señora Lee.

—Buenas noches, señor Lee. Permítame presentarme, soy Lalisa Manobal— dije con cierto temor.

—Así que Lisa, ¿eh?— contestó con un saludo arrogante.

—Sí...—respondí, incómoda.

—Bueno, Liza, ¿de dónde eres?— preguntó, subrayando mal mi nombre deliberadamente.

—Lisa, señor— le corregí, sintiéndome aún más incómoda; el señor no me daba buena espina para nada.

—Perdona... es que llegué cansado y no tengo cabeza para recordar todos estos nombres.

—No se preocupe, señor— repliqué con educación—. Soy de Tailandia, de la provincia de Buri Ram.

—Tailandia... — murmuró, con una expresión que revelaba que no le gustaba la respuesta.

She will Be Loved (JENLISA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora