Capítulo 2: Los Primeros Límites Invisibles

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Andrea comenzó a notar que, poco a poco, su mundo se estaba reduciendo. Antes de conocer a Lucas, sus días estaban llenos de actividades y personas que le aportaban alegría y equilibrio. Tenía sus reuniones semanales con amigos, tiempo para su familia, e incluso pequeños momentos a solas que valoraba profundamente. Pero ahora, parecía que cada aspecto de su vida giraba en torno a él.

Lucas tenía una habilidad para presentarse en los momentos menos esperados. Cada vez que Andrea planeaba algo fuera de su rutina con él, él aparecía con una sorpresa o una propuesta que hacía que cambiar sus planes pareciera inevitable. Si ella intentaba proponerle que se reunieran más tarde o al día siguiente, él fruncía el ceño y decía en tono triste: "Pensé que preferirías pasar tiempo conmigo". Esa frase, dicha en un tono suave y dolido, siempre la hacía sentir culpable.

Un fin de semana, Andrea había planeado una salida con sus amigas de la universidad, algo que venían organizando desde hacía semanas. Pero, un día antes de la salida, Lucas apareció en su casa con boletos para un viaje sorpresa a la playa. Andrea, sorprendida, le agradeció, pero le explicó que ya tenía planes con sus amigas. Lucas cambió de inmediato de tono. La miró fijamente, con una mezcla de decepción y reproche, y le dijo que él había preparado el viaje especialmente para ella, porque sentía que necesitaban pasar tiempo juntos. Ante su insistencia, Andrea canceló su salida con sus amigas, prometiéndoles que lo compensaría después.

Este tipo de situaciones se fueron haciendo cada vez más comunes. Andrea se dio cuenta de que, cada vez que planeaba algo por su cuenta, Lucas encontraba una razón para que ella cambiara de opinión. Sus amigas empezaron a hacerle comentarios sobre cómo ya no parecía tener tiempo para ellas, y aunque Andrea trataba de justificarse, en el fondo sentía que estaban en lo cierto.

Al intentar hablar con Lucas sobre cómo se sentía, él siempre encontraba la forma de desviar la conversación. A menudo le decía que "no estaba siendo justa" o que "no valoraba lo que él hacía por ella". Cada vez que esto sucedía, Andrea se sentía confundida y culpable. ¿Acaso era cierto que él solo quería hacerla feliz y ella no estaba siendo lo suficientemente comprensiva?

Andrea empezó a notar una incomodidad sutil en su vida, como si estuviera perdiendo partes de sí misma sin darse cuenta. Pero a la vez, tenía miedo de enfrentarse a Lucas; temía que, al hacerlo, él se alejara y ella terminara sola. Esa inseguridad la hacía dudar cada vez que sentía la necesidad de recuperar su independencia.

Sin embargo, en su interior, una pequeña voz comenzaba a despertar, recordándole lo mucho que había renunciado. Era una voz que le pedía que no olvidara quién era antes de conocerlo, una voz que intentaba que recordara sus límites y el valor de su propio espacio. Pero Andrea aún no estaba preparada para escucharla; seguía atrapada en la idea de que el sacrificio era la única forma de demostrar su amor.

"Renacer"Where stories live. Discover now