Para Andrea, la relación con Lucas se había vuelto una mezcla confusa de amor, dependencia, culpa y miedo. Cualquier desacuerdo, por pequeño que fuera, desataba largas discusiones en las que Lucas lograba hacerla sentir responsable de los problemas. Él utilizaba su tono calmado y racional para mostrarle "objetivamente" cómo ella era la causante de sus desacuerdos. Andrea, atrapada en sus palabras, terminaba siempre disculpándose, asumiendo la culpa de cosas que ni siquiera entendía del todo.
Una noche, después de un malentendido en el que Andrea no pudo contestar una llamada porque estaba en una reunión de trabajo, Lucas reaccionó de forma explosiva. La acusó de no importarle lo suficiente y de priorizar a otras personas sobre él. Durante horas, Lucas le repitió que él estaba sacrificando mucho por la relación y que ella no era capaz de hacer el mínimo esfuerzo por demostrar su amor.
Andrea intentó explicarle, pero sus palabras fueron rápidamente silenciadas por las de él. Al final, agotada y confundida, se rindió y se disculpó. Prometió hacer mejor las cosas, convencida de que, si se esforzaba lo suficiente, Lucas se sentiría seguro y dejaría de desconfiar de ella. Sin embargo, esa disculpa solo pareció fortalecer el control que él tenía sobre ella, ya que cualquier intento de independencia o de pasar tiempo sola era ahora motivo de una nueva discusión.
Con el tiempo, Andrea comenzó a temer las reacciones de Lucas y a vivir con un constante cuidado para evitar cualquier cosa que pudiera desencadenar su ira o su desilusión. Estaba en alerta permanente, siempre midiendo sus palabras y acciones, intentando prever lo que él pensaría o cómo reaccionaría. Su vida estaba gobernada por el miedo a fallar o a decepcionarlo, y se encontraba cuestionándose constantemente: "¿Estoy siendo una buena pareja? ¿Es mi culpa que él esté insatisfecho?".
El miedo se entrelazaba con una culpa que la acompañaba día y noche. La culpa de no ser la pareja perfecta que Lucas quería, de no haber sabido cómo manejar mejor la relación. Cada vez que él le reprochaba algo, Andrea se convencía de que, de alguna manera, era cierto. Comenzó a dudar de sus propios pensamientos y sentimientos, a sentir que no podía confiar en su propia percepción de la relación.
En medio de esta confusión, Andrea se distanció aún más de quienes podían ayudarla. Evitaba contarles a sus amigos o familiares sobre sus problemas, temiendo que no la comprendieran o que empeoraran la situación. En su mente, había construido una idea distorsionada de que el amor era eso: sacrificio, paciencia y la capacidad de soportar el dolor. Estaba atrapada en una relación en la que las promesas de amor y las críticas dolorosas se entrelazaban hasta que ya no podía diferenciarlas.
Aislada y atormentada por la culpa y el miedo, Andrea apenas reconocía a la persona que veía en el espejo. La chispa de independencia y alegría que alguna vez la había caracterizado estaba casi apagada, y en su lugar solo quedaba la incertidumbre de si alguna vez podría recuperar la vida que había tenido antes de Lucas.
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"Renacer"
Ficción General"Renacer" sigue la historia de Andrea, una mujer que ha estado atrapada en una relación tóxica con Lucas, un compañero que, aunque la ama, ejerce un control emocional que la hace perder su identidad. A medida que la relación se torna cada vez más da...