Topper se quedó en el bar, mirando la botella vacía y los restos del vaso que Rafe había derramado. Sabía que hablar con él no sería fácil, pero ver lo profundo que había caído su amigo lo dejó inquieto. No podía dejar que la situación continuara, pero tampoco sabía cómo frenarla sin que todo se desmoronara más rápido.
Al día siguiente, Elaia estaba en la cocina de su casa, preparando un café, intentando distraerse del constante nudo en su estómago. Las palabras de Rafe de la noche anterior aún resonaban en su cabeza, esa mezcla de furia y control que la había dejado temblando. Sabía que, de alguna manera, todo ese amor que él decía sentir se había transformado en algo peligroso. Pero también sabía que él no era el único culpable. Había un sistema, un grupo, una cultura que alimentaba esa rabia: los constantes enfrentamientos con los pogues, la presión por ser los mejores, por mantener el poder.
Mientras el café goteaba lentamente en la cafetera, su teléfono vibró sobre la mesa. Era un mensaje de JJ.
JJ: "Hey, Elaia. Vamos a la playa esta tarde. Podrías venir, te vendría bien despejarte un poco."
Elaia suspiró. JJ siempre intentaba levantarle el ánimo, siempre con esa energía despreocupada, como si el mundo a su alrededor no pudiera alcanzarlo. Pero ella sabía que su presencia solo agravaría las cosas con Rafe, y después de la última pelea, no estaba segura de si quería volver a meterse en ese lío. No podía evitar sentir que cada paso que daba hacia los pogues solo enfurecía más a Rafe.
Antes de que pudiera responder, escuchó el sonido de la puerta principal. Giró sobre sus talones y vio a Rafe entrando sin avisar, su expresión seria, casi enloquecida.
"Elaia", dijo con voz tensa. "Tenemos que hablar."
Elaia se quedó inmóvil, sus ojos fijos en los de Rafe. "¿Sobre qué, Rafe? ¿Sobre cómo piensas controlarme aún más? Porque no sé qué más te queda por hacer después de lo de anoche."
Rafe cerró la puerta con fuerza y avanzó hacia ella, sus movimientos cargados de frustración. "No se trata de controlarte, Elaia. Se trata de protegerte. De esos pogues. De JJ. ¿No entiendes lo que están haciendo? Te están manipulando, alejándote de mí."
Elaia sintió una oleada de indignación recorriéndole el cuerpo. "No se trata de ellos, Rafe. Esto es sobre ti y tu incapacidad de aceptar que no puedes controlarme, que no puedes manejar todo a tu alrededor con amenazas y violencia. JJ no tiene la culpa de lo que pasa entre nosotros."
"¿Ah, no?" Rafe levantó la voz, acercándose más. "Esos malditos pogues siempre han estado metidos entre nosotros. Cada vez que JJ te mira, cada vez que te habla, él está buscando cómo meterte en su caos. Y tú te dejas arrastrar."
Elaia lo miró, incrédula, el miedo que antes había sentido transformándose en una furia creciente. "Lo que tú no entiendes es que no soy una pieza en tu juego, Rafe. No puedes decidir con quién hablo o a dónde voy. JJ es mi amigo. Y lo será aunque te moleste, porque él nunca me ha hecho sentir pequeña o débil como tú lo haces."
La habitación se llenó de un silencio espeso. Rafe apretó los puños, los músculos de su mandíbula tensos mientras intentaba contenerse. "No estás pensando con claridad, Elaia. No ves lo que está ocurriendo. JJ no es solo un amigo, él te está usando para meterse conmigo. Y si no te apartas de ellos, te van a arrastrar a su miseria."
Elaia dio un paso adelante, desafiándolo. "Prefiero eso a vivir con miedo de ti, de tu ira, de no saber cuándo vas a explotar de nuevo."
Las palabras la sorprendieron tanto a ella como a Rafe. Él retrocedió un poco, como si esas palabras lo hubieran golpeado físicamente. El silencio que siguió fue denso, cargado de emociones no dichas. Pero en lugar de suavizarse, la expresión de Rafe se endureció más.
"No entiendes lo que dices, Elaia", murmuró con voz grave. "Te están lavando el cerebro. Te han convencido de que el enemigo soy yo, cuando son ellos los que te están alejando de la familia. JJ no puede protegerte. No puede darte lo que yo te doy."
"¿Y qué es lo que me das, Rafe?" Elaia levantó la voz, sus ojos brillando con lágrimas contenidas. "¿Miedo? ¿Dolor? ¿Esta maldita prisión en la que has convertido mi vida?"
Rafe la miró, enojado y herido a la vez. "No es así. Lo hago porque te amo. No puedo perderte."
"Amor no es lo que tú haces, Rafe," dijo Elaia con voz rota. "El amor no es posesión, ni miedo, ni control. Lo que tú sientes no es amor. Es solo una obsesión que te está destruyendo, y me está arrastrando contigo."
Rafe apretó los puños, respirando con fuerza. Sabía que había perdido el control, sabía que Elaia tenía razón, pero estaba demasiado atrapado en su propia espiral para admitirlo. Sin decir nada más, dio media vuelta y salió de la casa, dejando a Elaia temblando, agotada por la tensión de todo lo que acababa de pasar.
Se quedó de pie en la cocina, las lágrimas finalmente cayendo de sus ojos, sabiendo que algo había cambiado. La grieta entre ellos, que siempre había estado allí, ahora era imposible de ignorar. Sabía que Rafe no iba a cambiar fácilmente, y que esto solo iba a empeorar antes de mejorar. Pero también sabía que ya no estaba dispuesta a seguir siendo parte de esa espiral destructiva.
Con manos temblorosas, cogió su teléfono y le escribió a JJ.
Elaia: "Voy a la playa."
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Obsesion~(rafe Cameron)
Storie d'amore"El amor no es solo el sentimiento si no la persona que te lo demuestra,pero nosotros no somos el mejor ejemplo" Elaia acaba de mudarse a Outer Banks junto a su hermano, Topper. Su historia es una mezcla de desafíos y nuevas oportunidades. Tras la t...