Capítulo 4: Disfrutando el día en la aldea

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Narra Lin

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Narra Lin

Me desperté lentamente al escuchar los ronquidos de Astrid, me levanté con un poco de flojera y comencé a cambiarme para ir a desayunar con los demás antes de darme cuenta de que Lyra ya se levantó desde antes. Me miré al espejo y noté que estaba presentable; tampoco quería verme tan mal frente a Kaito luego de lo ocurrido en el bosque, me sonrojé levemente al recordarlo y me di pequeñas palmadas en mi rostro para calmarme, comenzando a caminar hacia el patio de la posada encontrándome con todos (menos Astrid obviamente) desayunando animadamente una deliciosa comida

 Me miré al espejo y noté que estaba presentable; tampoco quería verme tan mal frente a Kaito luego de lo ocurrido en el bosque, me sonrojé levemente al recordarlo y me di pequeñas palmadas en mi rostro para calmarme, comenzando a caminar hacia el...

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Se me hizo agua la boca al ver el desayuno y rápidamente me senté junto a ellos, diciéndoles buenos días y comenzando a desayunar como la muerta de hambre que soy pero disimuladamente

--esto está de-li-cioso, quien cocinó esto debe ser un chef famoso--.Opiné con satisfacción al sentir la comida en mi boca.

--No te culpo, yo estaba así cuando me desperté--.Entre risas dijo Tom y noté que| él comía un poco de pan tostado.

--Pero que dices? Tu acabas de despertar también--.Se burló Lyra, ambas mirando la cara de vergüenza que hizo Tom.--Además, los chicos me dijeron que no parabas de roncar como un oso--.

--¡Oye! Ellos solo inventan cosas para dejarme en humillación--.Habló Tom mientras se cruzaba de brazos y miraba hacia otro lado; se nota que no quiere quedar en ridículo.--Como sea, hablemos de que vamos a hacer nosotros ya que Astrid si que duerme como oso en invierno--.

Asentí por lo que dijo, tenía razón, Astrid es la supuesta líder y ahora ella es la que está llegando tarde. Luego de desayunar entre animadas charlas, todos nos dirigimos a lugares diferentes, yo por mi parte estaba observando toda la posada, tenía curiosidad por saber como era en su totalidad. Continué caminando por todos lados sin rumbo fijo hasta que llegué a un tipo de ganado de animales con todo tipo de ellos: vacas, caballos, gallinas y cerdos, lo típico. Me acerqué a las gallinas y pude observar a los pollitos jugando entre ellos, lo que me causó ternura y decidí acercarme un poco para poder acariciarlos pero una desgracia me sucedió: el gallo comenzó a perseguirme pensando que quería robarlos. Solté un pequeño grito del susto y rápidamente corrí hacia la salida del corral de gallinas y solté un suspiro aliviado. Volteé a ver y vi como los pollitos estaban con su madre.

La Pandilla de los PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora