PORT ÁNGELES

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Habíamos quedado de salir a comprar unas cosas.

Jessica conducía aún más deprisa que mi madre, por lo que estuvimos en Port Angeles a
eso de las cuatro.

Jamás había tenido una salida nocturna sólo de chicas; el subidón del estrógeno resultó vigorizante. Escuchamos canciones de rock mientras
Jessica hablaba sobre los chicos con los que solíamos estar.

Port Angeles era una hermosa trampa para turistas, mucho más elegante y encantadora que Forks. Jessica condujo directamente hasta una de las grandes tiendas de la ciudad, situada a unas pocas calles del área turística de la bahía.

-¿Ni siquiera has tenido un novio ni nada por el estilo? -le preguntó Jess dubitativa a Bella
mientras cruzábamos las puertas frontales de la tienda.

-De verdad.
Nunca he tenido un novio ni nada que se le parezca. No salía mucho en Phoenix.

Vaya, hasta eso teníamos en común. Pero sabía que no era por los mismos motivos.

- ¿Por qué no? -quiso saber Jessica.

-Nadie me lo pidió -respondió con franqueza.

Parecía escéptica.

-Aquí te lo han pedido -le recordé-, y te has negado.

En ese momento estábamos en la sección de ropa juvenil, examinando las perchas con
vestidos de gala.

-Bueno, excepto con Tyler -le corrigió Angela con voz suave.

- ¿Perdón? -se quedó boquiabierta-. ¿Qué dices?

-Tyler le ha dicho a todo el mundo que te va a llevar al baile de la promoción -le
informó Jessica con suspicacia.

-¿Que dice el qué?
Parecía que se estaba ahogando.

-Te dije que no era cierto -susurró Angela a Jessica.

Permanecí callada. Me pregunto que diría Edward de todo eso.
Pasamos de la sección de ropa casual a la sección de vestidos y ahora teníamos trabajo por delante.

-Por eso no le caes bien a Lauren -comentó entre risitas Jessica mientras
toqueteábamos la ropa.

Jess se mostraba indecisa entre dos vestidos. Uno era un modelo sencillo, largo y sin tirantes; el
otro, un vestido de color azul, con tirantes finos, que le llegaba hasta la rodilla. Angela eligió
un vestido color rosa claro cuyos pliegues realzaban su alta figura y resaltaban los tonos
dorados de su pelo castaño claro.

Habíamos planeado ir a cenar a un pequeño restaurante italiano junto al paseo marítimo,
pero la compra de la ropa nos había llevado menos tiempo del esperado. Jess y Angela fueron
a dejar las compras en el coche y entonces bajamos dando un paseo hacia la bahía.

Bella dijo que se reuniría con nosotros en el restaurante en una hora, ya que quería buscar una librería.

Para ésto, ya me había dado cuenta de que desde hace como una hora, Edward nos estaba siguiendo.

Espera... ¿Ellos se habían quedado de ver?

Sonreí para mí fuero interno.
Mi plan se estaba formando sólo.

Luego de que Bella se fuera, les dije a las chicas que me disculparan. Yo también había olvidado de comprar un libro.

Anduve entre las calles, llenas por el tráfico propio del final de la jornada laboral, con la
esperanza de dirigirme hacia el centro.
Después de un rato ya no había rastro del sol y no había mucha iluminación en las calles, lo cual facilitaba las cosas.

BLOOD 🧬 | Twilight SagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora