BLOOD 🧬 | Twilight Saga

COMPLICACIONES

Durante la clase de historia.
Me di cuenta de que mi compañero de equipo ya no orientaba la silla para sentarse lo lejos que le permitía la mesa. En lugar de eso, se sentaba bastante cerca de mí, nuestros brazos casi se tocaban.

La profesora entró a clase de espaldas llevando una
gran mesa metálica de ruedas con un vídeo y un televisor tosco y anticuado. Una clase con
película. El relajamiento de la atmósfera fue casi tangible.
La maestra introdujo la cinta en el terco vídeo y se dirigió hacia la pared para apagar las luces.

Entonces, cuando el aula quedó a oscuras, adquirí conciencia plena de que Jasper se sentaba a menos de tres centímetros de mí.

La inesperada electricidad que fluyó por mi cuerpo me dejó aturdida, sorprendida de que fuera posible estar pendiente de él. Estuve a punto de no poder controlar el loco impulso de extender la mano y tocarle, acariciar aquel rostro perfecto en medio de la oscuridad.

Crucé los brazos sobre mi pecho con fuerza, con los puños crispados.
Estaba perdiendo el juicio.

Al terminar la clase, pude tranquilizarme. Jamás había tenido éste tipo de sentimiento.

Antes de levantarme, Jasper me tomó del brazo. Sorprendida, me giré para verlo.

-Tengo unas preguntas...

-¿Es sobre lo de el otro día? -hablé en un tono para que sólo pudiera escuchar él. Me dió un asentimiento.

-Bueno... No puede ser aquí. ¿En tu casa?

-No, ¿Qué tal si mañana damos un paseo por el bosque?

-¿Planeas deshacerte de mí? -quise bromear un poco pero su mandíbula se tensó.

-No. Quería que habláramos más, pero está bien si no quieres.
Suspiré.

-¿Pasarás por mí?

-Si así lo quieres.

-Entonces, nos vemos más tarde. -le dediqué una pequeña sonrisa a la que fuí correspondida.

En las siguientes horas no tuvimos clases por lo que el resto del día pasó volando.

Fuí a mi casa y me cambié por algo más cómodo sí íbamos a estar caminando.

A los minutos escuché que alguien tocaba la puerta.
Fui corriendo hacia la entrada.

Tuve un pequeño problema con el pestillo, pero al fin
conseguí abrir la puerta de un tirón y allí estaba él. Se desvaneció toda la agitación y recuperé la calma en cuanto vi su rostro.

-¿Lista?

-Sip.

-¿Está tu mamá?

-No, ella está trabajando. Le mandé un mensaje.
Cerré la puerta al salir mientras él se dirigía a dónde estaba la Jeep.

Nos mantuvimos en silencio el resto del trayecto en el coche. Entonces se terminó la carretera, que se redujo hasta convertirse en una senda de menos de medio metro de ancho jalonada de pequeños indicadores de madera. Aparcó sobre el estrecho arcén.

Hacía calor, mucho más del que había hecho en Forks desde el día de mi llegada, esto no era tan bueno.

-Por aquí -indicó, girando la cabeza. Comenzó a adentrarse en el sombrío bosque.

- ¿Y la senda?

-Dije que al final de la carretera había un sendero, no que lo fuéramos a seguir.

- ¡¿No iremos por la senda?! -pregunté con desesperación.